Me gusta la buena comida para degustarla y sobre todo para prepararla. Tengo casi todos los utensilios que necesito. Mi vecina, una chica preciosa, tiene los mismos gustos, solo que no tiene todos los utensilios necesarios. A menudo sucede que viene a pedir prestado un accesorio que echa de menos. Está preparando un cassoulet (me diréis que en Castelnaudary no es una curiosidad) Mala suerte se le cayó y rompió su cassolle, el plato que va al horno para gratinar la tapa del plato y cocer la salchicha. Por supuesto que viene a ver si no tengo este plato tan especial. Entramos a la cocina para que le dé lo que pide.
Tiene tiempo: es sólo para mañana por la mañana. Somos muy libres entre nosotros. Así que sin vergüenza me sigue a la sala de estar. Simplemente había olvidado que estaba mostrando una película porno lésbica. Oye, sí, me gusta mirar este tipo de trabajos de vez en cuando. Hay que creer que a Eglantine también le gusta. Se sienta en el sofá y observa. Yo también me siento cerca de ella. Entre lo que veo y su presencia, ya me veo jodiendo con ella, mientras que hasta entonces la consideraba como una simple amiga.
- ¿Te gusta esta película?
- Está bien como los demás.
"¿Eso no te da alguna idea?"
- Si.
- Te gustaría estar en el lugar de una de las chicas.
"Por supuesto, ¿no?"
- Yo tambien.
"Y no querrías que ambos nos divirtiéramos imitándolos".
- Para mí, no los imitaré, lo haré para bien.
Dicho esto, estoy muy cerca de Eglantine, solo le acaricia el brazo y ella se gira para tomar mi boca. Nuestras lenguas pelean en nuestras bocas.
Siento que me estoy empezando a mojar. Mis pechos se endurecen, la quiero cuando estoy heterosexual. Puse mi mano en una rodilla. Ella hace lo mismo conmigo. Por supuesto nuestras manos no se quedan plantadas. Los montamos hacia el final de las piernas. Llego primero a la cima. No puedo hacer mucho por los pantalones. ella tampoco:
- Somos idiotas, si queremos pajearnos, tenemos que estar en buena forma.
- ¿Cómo estás cuando acaricias?
- Yo desnudo y tu?
- Lo mismo.
Nos levantamos para hacer un striptease. No me pareció tan apetecible: su marido debe disfrutarlo. Su pecho es como el mío, no demasiado grande, con areolas muy oscuras. Debajo de su vientre plano, el vello púbico apenas está afeitado. En fin, quiero volver a verla, le doy vueltas: vaya par de nalgas. Espero que a ella le guste tener sexo anal como a mí.
Volvemos a sentarnos después de esta revisión del cuerpo del otro. Después de reanudar nuestro acercamiento, nos besamos de nuevo. Las manos en los muslos finalmente llegan a los coños. Nos giramos para mirarnos, ella acaricia mi clítoris con mucha delicadeza al principio para hacerse más fuerte al final.
Yo me salté el botón, metí dos dedos directamente en su vagina, buscando su punto sensible. Mis dedos índice y medio, con la pulpa hacia arriba, recorren muy lentamente una pequeña superficie. Es el buen lugar. Si ella hace que me corra lo suficientemente rápido, le hago lo mismo para que a menudo se corra continuamente.
Cuando paramos, nos chupamos los dedos para saborear el jugo del amor. Me parece que la suya es mejor que la mía.
Volvemos a los coños: de mutuo acuerdo nos vamos a acariciar el ano. Tenía razón, le gusta tener algo en el culo. Pongo mis dos dedos allí, lo que le trae felicidad carnal. Sin embargo, es ella quien me da el primer orgasmo. He de decir la verdad que durante sus caricias chupaba el pezón de un seno.
Necesitamos algo más completo. “Olvidamos” nuestra ropa en la sala para irnos a la cama. Que delicia encontrarnos tumbados a follar entre nosotros. Ella no es tímida al respecto. Es ella quien casi se me echa encima para besarme y acariciarme los pechos. Solo puedo "soportar" lo que me hace y es terriblemente bueno. Una mano está en mi coño. Siento sus dedos acariciar mi clítoris de nuevo.
Solo puedo acariciarle un poco el pecho y las nalgas. Desde el clítoris entra en mi vagina. Ella también sabe darme ese placer que solo las mujeres saben darse a sí mismas oa los demás.
Y luego, estoy cansada de que me acaricien sin hacer prácticamente nada. Puse a Eglantine boca abajo para agarrarle las nalgas. Los tomo con ambas manos, los trituro antes de poner un solo dedo en su raya, que buscará en su cuerpo un ano para acariciarlo, no para poner un dedo allí.
Ella me deja hacerlo, excepto cuando se da cuenta de que no la voy a "analizar", él hace que mis dedos entren de nuevo en su culo. Entro despacio, casi de puntillas, un nudillo y luego dos. Solo puedo poner parte de la tercera. La siento retorcerse alrededor de mi dedo. Ella simplemente disfrutó de nuevo.
Cambiamos de posición: la pongo a horcajadas para darle mi polla a devorar y la puedo lamer como yo quiera.
Nuestro primer 69 es un éxito. A los dos nos encanta tener el coño del otro bajo la lengua. Por supuesto nuestros dedos se utilizan para acariciar nuestro culo. Permanecemos durante mucho tiempo en nuestros cuerpos. A Eglantine le gusta lo que acabamos de hacer: un último beso en el coño y en la boca. Eglantine va a buscar su cassolle para volver a casa: simplemente olvida que está desnuda. Yo que me quedo desnudo porque tengo tiempo de vestirme, estoy obligado a llamarla al orden.
Espero, como Eglantine sin duda, que todavía podamos amarnos así.
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