La puerta se abre de repente con una corriente de aire que me hace perder el equilibrio y caer desde mi altura frente a los piececitos de Lucie.
— ¡Ay!
"¿Quieres que te ayude, Pauline?"
- Yo yo...
La respiración entrecortada, me cuesta mucho expresarme.
"Yo... yo solo quería... cerrar la puerta..."
- No, pero Pauline, no busques excusas, vi lo que estabas haciendo. Te estoy preguntando si quieres que te ayude a levantarte.
“Yo... eh.
Ella no espera más, se agacha y me toma del brazo para levantarme.
- Ay… creo que no me perdí.
Siento que me duele la rodilla por el impacto y veo una pequeña mancha de sangre en mis pantalones.
- Efectivamente, pareces sangrar un poco, solo siéntate en la cama.
Me acompaña, me sienta, cierra la puerta y va al baño.
- No te preocupes Pauline, todavía tengo vendas aquí.
- Lo siento por...
- Detente, no te preocupes.
Imposible que quiera justificarme, al fin y al cabo, como pude hacerlo, me pillaron in fraganti... en toda la extensión de la palabra...
Lucie vuelve del baño con una compresa y un apósito adhesivo. Ella se arrodilla frente a mí.
- ¿Me ayudas a quitarte los pantalones, por favor?
"Eh... sí, sí, por supuesto.
Camino como un pato sentado en el colchón para bajar con las manos mi pantalón hasta los tobillos, dejando al descubierto una pequeña herida en mi rodilla izquierda.
- Pues ya va, no parece ser mucho, por fin te digo eso, eres la enfermera. dijo riendo.
- Sí, está claro, respondí sonriendo.
La observo tratarme con delicadeza con sus manos todavía cálidas, dándome nuevos escalofríos.
- Te lastimo ?
- No, no, puedes irte.
Pone el yeso sobre la compresa, acariciando los bordes varias veces. Levanta la cabeza, me mira directamente a los ojos y continúa, acariciando suavemente mi pierna.
Mi mirada se sumerge en la suya como hipnotizada por sus profundos ojos verdes. Sus caricias me hacen temblar.
Su mano izquierda sube con cada caricia un poco más cerca de mis partes íntimas. Mi respiración se vuelve más fuerte.
Todavía me mira con insistencia, inmersa en mi mirada, llega al encuentro de mis dos muslos, los abro lentamente para darle paso libre. Ella me sonrió, satisfecha con mi aprobación. Sus dedos tocan mis bragas empapadas.
"Estaba segura de eso…" me susurró.
Se levanta de repente, salta sobre mí, haciéndome caer sobre el colchón. A horcajadas sobre mí, agarra mis mejillas y me besa salvajemente.
- ¡¡¡Lucía!!!
Nuestros idiomas se entrelazan, la rodeo con mis brazos para acercarla a mí. Agarra mi seno izquierdo, haciéndome gemir de placer a través de su nariz.
Se levanta, se quita la blusa y me mira sonriendo.
- ¿Estás lista Paulina?
Asiento con la cabeza, asintiendo a su pedido.
Se levanta de la cama, me levanta rápidamente y me desabrocha la camisa, tirando de los botones con firmeza.
Estoy sin camisa parado frente a ella, mis sentidos están despiertos.
Ella pega su cuerpo al mío, mis grandes pechos acarician los suyos y siento el calor de su pecho calentar mis pezones. Luego me empuja hacia atrás en la cama para instalarnos correctamente. Ella agarra mis caderas y me besa con ternura. Paso mis manos sobre su pelvis, ya sin controlarlas, descienden como manipuladas por mi placer hacia sus braguitas negras. Lo agarro y dejo que se deslice por sus muslos.
- Di mi pequeña Paulina, no pierdas el tiempo, me dijo, ayudándome a quitármelo.
Sigo besándola de nuevo, no tomo atajos y pongo mi mano en su jardín secreto. Un grito escapa de su boca.
- OH SÍ Paulina!!!!
Giro su clítoris hinchado de excitación, estaba esperando eso.
Su cabeza descansa junto a mi oreja.
"No pares..." me susurra.
Mis dos dedos en su botón se deslizan dentro de su vagina terriblemente caliente, los inserto dentro de ella, provocando que se coloque encima de mí.
- SIIIIIII!!!
Acaricio su punto G de un lado a otro, haciendo que se contonee sobre mis dedos como una marioneta. Ella se arquea en todas direcciones. Mi cuerpo está en éxtasis, esta experiencia femenina es terriblemente intensa para mí.
- ¡Pará pará pará!
Me detengo en seco ante sus palabras, pensando que lo estoy lastimando.
- Por favor, no me llames ahora mismo.
Ella levanta la pelvis unos centímetros para alejarse de mis dedos, solo me da un beso y baja por mi cuerpo metiendo su lengua húmeda desde la parte superior de mi pecho hasta mi pubis. Espasmos se escapan de mi cuerpo a cada segundo, al verla acercarse a mis partes íntimas hasta ahora solo visitadas por hombres.
Pongo los ojos en blanco, sintiendo su cálido aliento en mis labios húmedos, un primer lametón me hace arquear la espalda mientras mi mano acaricia el pelo corto de mi pareja.
- Oh sí ! ¡Por favor, no te detengas!
Se levanta de golpe, apenas he tenido tiempo de disfrutarlo.
- Esperar ! Tengo una idea !
Ella se retuerce sobre mí, gira, encontrándome frente al sexo de Lucie, su rostro también inmerso en mi intimidad, el 69 es inminente.
- Te gustaria...
No dejo que continúe su frase y agarre sus nalgas, bajando su hermosa flor a mi boca y rodando mi lengua salivada sobre ella.
— PAULÍNEEEE!!!!!! dijo ella gimiendo.
No pierde más tiempo y vuelve a saborear lo que había empezado.
Gemimos mutuamente por nuestros intercambios orales durante un buen rato hasta que Lucie mete dos dedos en mi vagina mientras continúa girando mi perilla debajo de su lengua. Esto hace que me arquee más, dejando escapar un suspiro de placer vocal.
-¡AY MIERDA LUCIE! Gracias !
Continúo mi operación oral imitando su gesto, con un dedo controlado, también empujo dos dedos profundamente en ella, su exhalación entrecortada me hace entender que la operación es un éxito.
- Sí Sí Sí !!
— Me gusta... esto... Qué... sigue!!!
Disminuye la velocidad cuando estoy al borde del orgasmo, se arquea y agarra mis dos dedos que aún están en su vagina, los saca, luego los coloca frente a su pequeño y apretado agujero y presiona ligeramente para decirme lo que debo hacer. hacer.
Mi cuerpo está intoxicado, esta chica me saca de mis miedos y los transforma en puro placer... No espero más y empujo suavemente mis dos dedos llenos del jugo de amor de Lucie en su apretado ano.
— Oohhh... Sí... Adelante... más...
Inserto un tercer dedo y lo llevo adelante y atrás a un ritmo rápido.
- Continúa !!! ¡Lámeme... lámeme al mismo tiempo, por favor!
Siento su cuerpo temblar y ponerse rígido, el orgasmo no está lejos... para mí tampoco.
Sus dos dedos salen de mi vagina y giran alrededor de mi ano aceitado con jugo de amor y saliva. Luego mete un dedo en mi agujerito aún virgen, haciéndome correrme con su penetración y sus lametones.
- Ya vengo... ya vengo!! SIIIIIIIIIIIIIIII!!!
Mis ojos miran al cielo con placer, mis espasmos brutales dan un gran vaivén a mis dedos aún presentes en ella, y ella se aleja con una contracción muscular en la espalda retirando mis dedos.
- Ohhh OUIIIIII Paulineeeee!!!!!! ¡¡GRACIAS!!
Húmeda y sin aliento, se gira como puede y simplemente se acuesta a mi lado.
"¿Lu... Lucy?"
- Sí ?
- Te amo.
—... Yo también... Te amo Pauline.
Lucie completó su tratamiento con éxito y desde ese día vivimos juntas, felices de que nuestros caminos se cruzaran.
Espero que les haya gustado esta pequeña historia, no duden en dejar comentarios y no olviden poner un like si les gustó la historia para así consolarme con nuevos escritos.
Besos !