Actualmente tengo 38 años, esta historia me pasó el año que cumplí 18.
Estaba internado en una institución religiosa en Bretaña y una mañana, después de unos dolores de estómago terribles, fui a la enfermería para que la hermana enfermera me diera algo para calmar estos dolores.
Después de media hora de espera, la hermana Dominique me hace pasar a la habitación.
- Entonces, Evelyne, ¿qué pasa? Estás muy pálido esta mañana.
- Si mi hermana, tengo un dolor de estómago que me impidió dormir anoche y no me está pasando.
- ¿Has ido al baño esta mañana?
- Sí
- ¿Te quema al orinar?
- Un poco pero me tira en el estomago.
- Bueno, escucha, no puedo hacer nada por ti, pero voy a hacer una cita con la Dra. Pasquier, ella puede ver qué te pasa.
Así que llamó al médico, quien le dijo que me hiciera venir de inmediato porque normalmente está de permiso pero estaba en su oficina por la mañana.
Así que llegué al médico de alguna manera todavía con este dolor de estómago pero que, no sé por qué, se desvanece mientras camino hacia la puerta principal. Llamé, me abrió una señora de cierta edad, vestía un estricto traje de negocios, tenía el cabello perfectamente blanco, manos esbeltas con dedos muy grandes terminados en uñas largas y duras un poco amarillentas por el humo del cigarro. Hay un olor a tabaco rancio cuando llego a casa que se apodera de mis fosas nasales.
- Hola jovencita, es la hermana Dominique quien te envió, me explicó que estabas con dolores de estómago, ¿no?
- Sí, pero no sé si es por el hecho de caminar para venir, pero ya casi no tengo dolor.
- Lo veremos todo. ¿Cuándo fue su última visita al médico?
- Hace unos 5 años fue para una prueba de cutti.
- ¿Sí no desde entonces?
- ¿Has ido al ginecólogo por tus problemas femeninos?
- No nunca por qué
- Está bien, vamos a comprobarlo todo. Desnúdate... solo en calzoncillos.
Me desvisto rápidamente y me encuentro en ropa interior.
- Levanta tus brazos .
Me palpa las axilas y el costado de los senos que tengo bastante grandes pero firmes con pezones muy largos.
- Agacharse
Ella sigue mi columna vertebral con ambas manos para ver si tengo escoliosis.
- Pues todo me parece perfecto para eso.
- Acuéstate en la mesa.
Así que me acosté en la mesa.
Toca mi cuello, luego toma mi presión arterial y con su estetoscopio escucha mi corazón acelerado.
Debió notar mi emoción porque empezó palpando mis senos con delicadeza y luego con firmeza, preguntándome si sentía algo. respondo eso? No ? a pesar del ligero dolor que siento.
- Y la ? apretando mis pechos con fuerza
- No
- Aunque raro...
Tomó las puntas de mis senos entre el pulgar y el índice y los enrolló con fuerza.
- Hola...
- Un poco
Ella apretó mientras se giraba y dejé escapar un grito.
- Ah, todo lo mismo.
Baja las manos y palpa mi estómago que está muy duro.
- Es muy duro, ¿fuiste al baño esta mañana?
- Sí, pero sólo hice un poco.
- Se nota, estás desordenado, por eso te duele, pero sigamos. Quítate las bragas y pon los pies en los estribos.
Me quito las bragas y coloco las piernas en los soportes y los pies en los estribos. Aquí estoy abierto frente a esta mujer, ella debe ver mi botón, que es muy grande y largo, parece un pequeño pepinillo, y no tengo nada de peludo en mi gatito.
- Hum es muy suave pasar sus dedos.
Ella abre mis labios y ve mi clítoris.
- Bueno, parece una polla pequeña, eso es muy duro, señora, pellizcándola con los dedos, lo que me hace gemir de inmediato.
- Mojas a mi zorra, tratando de meter un dedo en mi vagina que de inmediato tropieza con mi tenso himen.
- Pero es virgen, y apuesto a que te tocas en las noches, eh, dime...
- No, jamás
- Tenía razón, la hermana, diciéndome que eras muy sabia. Pero vamos a arreglar todo eso.
A ver tu rosetón si también lo es....
- Si que felicidad, todo apretado, dijo ella tratando de sacar su dedo.
Voy, hija mía, a facilitarte el paso por tus dos orificios que luego pueden recibir machos de gran calibre. Pero primero, te pediré que hagas un enema para limpiarlo todo.
Presionó un botón y habló por un intercomunicador.
- Claude tráeme el enema necesario 1 litro y medio será suficiente.
5 minutos después vi entrar a Claude, una mujer de la misma edad que la doctora con un bock y un tubo terminado en una cánula flexible en sus manos.
- Claude, le vas a poner el enema mientras miro su clítoris que está muy desarrollado, ya ves.
- Si señora oh es grande y largo...
Claude cubre la cánula con ungüento y la introduce bruscamente en mi ano, luego levanta la bock muy alto y abre el grifo. El efecto es inmediato, un calor invade mi estómago y desencadena cólicos. Tienes que guardarlo, me dijo.
Después de 20 minutos me pide que me vacíe en los baños. Una vez vaciado vuelvo a colocarme sobre la mesa pero ahí mis piernas están levantadas sobre mi pecho y mi culo abierto al máximo.
- Claude, vas a penetrar su ano con un dedo, luego con dos, y así hasta abrirlo bien y cuando sea el momento de meterle la mano, le meteré este hermoso dildo en el coño al mismo tiempo. tiempo.
Claude no necesitó que se lo dijera dos veces e inmediatamente me metió dos dedos bien engrasados y así sucesivamente.
Estaba gritando en cada dedo de dolor al principio y luego de placer después de un rato. Luego llegó a la mano se levantó y dijo que estaba lista para la mano.
- Pues aquí está mi pequeño lo que se te va a romper en el conducto, es muy grande pero a tu edad también somos muy flexibles por ese lado. Voy a abrirte los labios, untarte el coño con ungüento y te lo voy a meter mientras Claude te mete la mano en el culo. No te digo que no te dolerá, es obvio que vas a gritar pero también te voy a pellizcar el clítoris para que no sepas dónde te duele y me estoy mojando de antemano. vamos vamos uno dos tres...
Sentí que la gran polla me penetraba sin restricciones y la mano me aplastaba el culo. Los dedos pellizcaron mi clítoris con tanta fuerza que me despegué de la camilla y grité de dolor entonces, cuando todo estuvo adentro, bajo el efecto de las idas y venidas, comencé a disfrutar...
(Continúa en el próximo número)
Evelyn