- ¿Cuánto tiempo han estado juntos?
“No nos conocíamos esta mañana.
– No es posible, no me cuentes una historia, sois amantes, lo podéis ver con vuestra actitud.
-Te lo prometo, no nos conocíamos esta mañana, claro que hicimos el amor juntos, pero fue la primera vez hoy.
– Entonces, estáis hechos el uno para el otro, cada uno sólo se mueve, camina, respira para el otro, parece que estáis imantados el uno por el otro. Se mueren de amor el uno por el otro, no me digan lo contrario.
Nos miramos y caemos en los brazos del otro, abrazándonos con fuerza. Nuestras bocas se encuentran naturalmente para un beso apasionado. Sandrine se levanta y viene hacia nosotros.
-No te muevas, déjame hacerlo, sigue besándote.
Dos manos abren mis piernas y una boca se posa sobre mi vulva. Una lengua se desliza entre mis labios, dos labios chupan mi clítoris. Treinta segundos después, me dejan. Siento la pierna izquierda de Carole abierta, Sandrine la cuida. Todavía nos abrazamos en un beso lleno de pasión. Un momento después, la boca vuelve, me deja, vuelve, me deja, hasta que siento a Carole entrar en un orgasmo sublime justo cuando la boca vuelve a mi vulva y me hace explotar de placer. Disfrutamos juntos para mi mayor felicidad. Sandrine nos cubre de besos, acaba sobre nuestros pechos, que besa, lame, chupa, chupa mientras acaricia nuestro clítoris. A este paso no tardamos en volver a disfrutar, esta chica tiene una técnica de cojones.
-Quién te enseñó a hacer pollitos así.
-Mamá.
-Tu madre !!!
– Sí, fue su regalo de cumpleaños por mi decimoctavo cumpleaños.
"¿Y tu padre ahí dentro?"
–Dejó a mi madre por una hija veinte años menor que él hace cuatro años y no me quería llevar los fines de semana y vacaciones, ella es solo tres años mayor que yo.
“Disculpa por decirte eso, pero es un bastardo guapo.
–Sí, pero me vengué, logré conocer a su novia que no me conocía, y coqueteé con él, ahora llevamos un mes viviendo juntos, ella lo dejó.
-Eso es enviado!!!!
– Felicitaciones Sandrine.
“Lo que no sabía era que me iba a enamorar de ella.
-¿Y estás ahí?
- Sí, hay agua en el gas en este momento, pero estamos bastante libres, le contaré todo cuando llegue a casa esta noche.
-Dónde está ella ?
–Trabaja en la rue de Rennes, justo al lado.
– ¿Puedes contactar con ella?
-Claro.
Llámala y dile que venga a mi casa a pasar la noche, si te parece bien.
-Claro.
Telefonea a su amiga, le explica la situación y le pide que la acompañe. Esta accede de inmediato a venir a mi casa, estará allí en diez minutos.
-Eso nos da tiempo para atenderte, acuéstate en el sofá.
Sandrine solo se acuesta en el sofá, abro un poco sus piernas y pongo mis labios sobre su clítoris, Carole cuida sus senos. No tarda en retorcerse bajo nuestras caricias, fluye libremente y disfruto de su jugo de amor. Sandrine ondula la pelvis, acaricia las nalgas de Carole.
–HHHHHHUUUUUMMMMM que nalgas tan bonitas.
Se deja llevar, se pliega a nuestros deseos, se entrega.
– Sí, me gustan tus lenguas, me gustan tus manos.
Después de unos minutos, ella disfruta, gritando muy fuerte su placer.
–AAAAAAAAHHHHHHHH
Está encorvada en el sofá, con las nalgas a veinte centímetros del cuero. Cuando vuelve a sentarse en el sofá, es Carole quien se ocupa de su sexo y yo de sus pechos y su boca.
– Sí, otra vez, otra vez, quiero explotar bajo tus lenguas.
Le toma incluso menos tiempo explotar en un terrible orgasmo. Sandrine apenas se ha calmado cuando suena el timbre.
– Sin duda es Florencia.
Voy al intercomunicador a comprobar. Es ella, me abro a ella. Sandrine se une a mí, habla con él por el intercomunicador.
–Hace mucho calor aquí, sé que no aguantas cuando hace mucho calor, sabes lo que tienes que hacer.
– Recibió cinco de cinco.
Abrimos la puerta y esperamos el ascensor. Viene lentamente. Cuando se abre la puerta, veo a una mujer de veinticinco años con ropa en la mano. Viene hacia nosotros abriendo su abrigo bajo el cual está desnuda, es un calco de Sandrine, solo un poco más pequeño. Ella no ha cruzado la puerta que su abrigo está en la otra mano. Cruzando el umbral, lo deja todo y se lanza sobre Sandrine para tomarla en sus brazos y besarla apasionadamente. No me muevo mientras espero que terminen. Recojo el negocio y los pongo en el respaldo de una silla, no hay enagua ni sostén. Entran al salón abrazándose. Florencia detiene a su amiga.
–No puedo quedarme más de tres cuartos de hora, sabes que me esperan en una recepción de mi empresa a las ocho en La Défense para un coloquio. Nos quedamos el fin de semana en un hotel. Llego a casa el domingo alrededor de las ocho.
–Se me había olvidado, Florence, te presento a Julie y Carole, mis nuevas amigas.
“Te hicieron feliz, espero.
-Oh si, te lo puedo asegurar, solo tienes que comprobarlo.
Florence pone su mano sobre la vulva de Sandrine, la amasa un poco, se la lleva a los labios y la lame.
– Sí, veo que te has aprovechado de tus nuevos amigos.
El ambiente es extraño, no tengo la impresión de que Florence aprecie tanto la situación, tengo la impresión de que se está esforzando por encontrarla normal, no siento que esté en línea con su actitud, su mirada en ambos no es muy amistoso, pero no hago nada para mostrar mis sentimientos.
Estamos todos en la sala de estar, Sandrine y Florence se cuidan mucho, como Carole y yo. El ambiente se relaja poco a poco. Sandrine le cuenta a Florence sobre su tarde con nosotros. Cuando termina, Florence me mira.
–No me gusta mostrarme, excepto en un grupo pequeño como aquí, y nuevamente porque Sandrine me lo pidió, no pude hacer lo que tú haces con Carole. Verás, estoy desnudo aquí contigo, pero nunca podría mostrar mi trasero en la calle, no podría.
La miro a los ojos.
-¿Cómo lograste quitarte la ropa en este ascensor donde todos te pueden ver, te exhibiste bien?
–Me pongo en un rincón del pasillo donde se ve eso de un lado, ¿ves dónde está?
-Sí.
–Muy rápido me quité el abrigo, el vestido para volver a ponerme el abrigo, no duró más de un minuto, después de lo cual pude quitarme las medias.
– Todavía estuviste desnudo por un breve momento en el pasillo de un edificio donde cualquiera podía aparecer en cualquier momento.
-Sí.
-¿Y no te provocó nada, ni un poco de excitación?
Sólo tengo miedo de que alguien venga.
–Ya veo, nos emociona enseñar el culo en la calle.
“Y yo también los acompañé.
– Sí mi amor, pero tú, fue la oportunidad la que hizo al ladrón.
–Sí, pero tengo la intención de continuar, además Julie y Carole me dieron trajes y tengo la intención de usarlos.
– Pero cariño, eres libre de hacer lo que haces, no tienes que rendirme cuentas, simplemente, veo que te lo has pasado bien varias veces esta tarde y yo llevo aquí un cuarto de hora. año.hora, completamente desnuda entre tres mujeres y aun no me mojo.
– ¿Me ayudan chicas?
-Claro.
Nos lanzamos sobre ella, la tomo por los pies, Carole por los hombros y Sandrine levanta las nalgas. La llevamos a mi habitación y la acostamos boca arriba en medio de la cama. Cuido su sexo, Carole de sus pechos y Sandrine de su boca. Ella se retuerce de placer entre nuestras bocas, manos, lenguas y dedos. Introduzco dos dedos en su vagina, ella patea los riñones para que me hunda más. Mi lengua se activa sobre su clítoris, ondula desde el bajo vientre, abre las piernas al máximo y estalla en un poderoso orgasmo.
–AAAAAAAAHHHHHHHH
Su cuerpo se estira como un arco, Sandrine solo toma mi lugar para beber su néctar de amor, desliza sus manos debajo de sus nalgas y las mantiene erguidas para tener su vulva bien abierta.
Yo cuido sus pechos, mientras Carole cuida su boca. Solo le toma unos minutos volver a correrse, gritando de placer.
–Sí, sí, sí AAAAAHHHHH
Sandrine sigue haciéndose cosquillas en el clítoris con la lengua, lo deja en un tercer orgasmo.
–OOOOOHHHHH
Carol se sienta.
– Yo también tengo sed.
Sandrine entiende y sale de su lugar. La boca, la lengua y los dedos de Carole son tan efectivos como los nuestros y Florence vuelve a partir en las delicias del amor, encabritándose. Carole sigue con sus caricias bucales, Florence vuelve a salir en un nuevo orgasmo, es el quinto en menos de un cuarto de hora, quiero ver hasta donde puede llegar y ocupar el lugar de Carole. La vulva de Florence es un verdadero arroyo, su jugo de amor fluye libremente, me apresuro a beberlo y hacerle cosquillas en los labios y el clítoris. No tarda más de un minuto en irse.
–AAAAAHHHHH, sí, AAAAAHHHHH, basta, por favor.
–Querías disfrutar, disfrutarás.
…/…