La miro un poco mejor, es tan alta como yo, no puedo detallarla más, su abrigo de cuero oculta toda su línea, solo puedo decir una cosa, es bastante delgada. Caminamos por los enormes pasillos de la estación. Varios hombres y mujeres nos siguen sin adelantarnos. Hay que decir que con cada paso, mi falda se levanta un poco hacia atrás, dejando al descubierto la parte inferior de mis nalgas. Carol me mira.
– Disculpe, pero creo que tiene un andar raro.
–He desarrollado un modo de andar que hace que mi falda baile un poco de vals, con cada paso doy un microtirón hacia atrás, mi falda se levanta y la gente que me sigue puede ver un poco de mis nalgas.
– Por eso hay toda esta gente detrás de nosotros.
– Y sí, ya ves, es efectivo.
– ¿Cómo llevas este frío?
–Tengo frío, pero me gusta, me excita, eso es lo que me hace aguantar, deberías probarlo.
-Como esto ?
–Al vestirme como yo, sólo falda y corpiño, con en invierno una chaqueta como la mía, bien abrigada, la parte de arriba siempre es más delicada.
-Ok, lo haría, pero deberías venir conmigo las primeras veces, puedes.
-Claro.
Llegamos al andén de la línea A. Cuando llega el tren, logro subir al primero y subo lentamente las escaleras que conducen al piso. Me doy cuenta de un hombre que redujo la velocidad cuando se me acercó por detrás. Los que quedaron abajo levantan la cabeza y festejan. Al llegar a la parte superior de los escalones, me inclino un poco hacia adelante. Finjo buscar un lugar, no lo hay. Me doy la vuelta para volver a bajar las escaleras, levantando bien la pierna para dejar al descubierto mi pubis sin vello. Subo por el otro lado. Las mismas personas se mueven y miran hacia arriba cuando yo subo. Carole me sigue como mi sombra dos o tres metros atrás. Encuentro un lugar, espero.
– ¿Nos sentamos ahí?
– Solo hay un lugar.
Siéntate tú y yo me sentaré en tu regazo, ¿de acuerdo?
-DE ACUERDO.
Carole abre los extremos de su abrigo mientras se sienta, yo me siento en su regazo, pero ella entendió completamente lo que quería hacer y aprieta sus piernas con fuerza. Como resultado, tengo que sentarme un poco cruzado. Casualmente pone su mano en uno de mis muslos. Hablamos de todo y de nada, como si nos conociéramos desde siempre. Su mano se mueve descuidadamente sobre mi muslo bajo los ojos de las cinco personas sentadas a nuestro lado. Nadie reacciona. Las estaciones se desplazan.
–¿Por qué no tomamos la línea 1 en Châtelet?
–Porque los subterráneos no tienen escaleras.
"Ok, estoy empezando a descifrarte.
Llega la estación de La Défense, bajamos y nos vamos a tomar un café a uno de los bares de la zona.
“Sabes, hice algunos recuerdos.
-Ah bueno ?
-Yo tomé fotos.
-De mí ?
– De tu culo, por supuesto.
-Reloj.
Me muestra las fotos que tomó con su teléfono inteligente cuando estaba subiendo los escalones del tren. Por una vez, veo lo que ven los demás y me emociona aún más. En algunos, incluso puedes ver mi vulva mojada.
–Debo decir que todo esto me da ganas, quiero comerte el coño, sobre todo porque muchas veces lo tengo debajo de las narices.
– Solo preguntaría eso.
– Ok, ¿tienes tiempo esta tarde?
“Sí, sabes muy bien que no estoy haciendo nada.
– Me gustaría profundizar más.
- Está bien, vamos a mi casa.
– Espera, necesito ir al baño.
Ella va al baño y sale tres minutos después. Algo parece ser diferente, solo me doy cuenta cuando ella se sienta, su abrigo se abre sobre las piernas desnudas. Ella se quitó los pantalones.
-¿Donde lo pusiste?
–En la papelera del baño, estaba viejo, además tenía una mancha en la entrepierna.
–¿Quieres probar qué se siente andar con el culo desnudo a esta temperatura?
–Sí, pero con mi abrigo creo que pasaría menos frío, quiero probar si lo soporto.
-OK vamos.
Salimos del bar y caminamos un momento por la Explanada de la Défense, hay una brisa ligera que me hace volar un poco la falda, pero que se precipita bajo el abrigo de Carole.
–MMMM, es bastante agradable este frío en tus nalgas y tu pene, me gusta, creo que me voy a volver adicta.
"Mira, no estoy completamente loco.
Ella me sonríe.
-Ven, vamos a casa.
Salimos hacia Marne-la-Vallée. Comienzo mi exposición de nuevo y Carole discretamente toma fotografías con su teléfono inteligente. Sabiendo esto, lo hago a propósito para mostrar lo más posible. Llegados a Châtelet-les-halles, descendemos para tomar la 4 dirección Mairie de Montrouge. Nos bajamos en Saint-Germain des Prés para ir a mi casa. Vivo en el quinto piso de un edificio del siglo XVIII con un ascensor anticuado totalmente calado. Entramos, cuando se va, le desabotono todos los botones del abrigo y me lo quito. Ella está en un corpiño blanco que apenas cubre la parte superior de sus nalgas, su trasero desnudo en el ascensor, que sube lentamente, sin ocultar nada de la parte inferior de su cuerpo. Yo, me subo la falda, dejando al descubierto, como ella, la parte inferior de mi cuerpo.
“¿Quieres que alguien nos vea así?
– Sí, de hecho, de verdad espero que en un piso haya alguien que te vea pasar, yo, todos aquí me conocen, están acostumbrados a mis faldas cortas. Yo viví allí desde siempre, era el departamento de mis padres, me lo dejaron hace cuatro años, compraron otro más pequeño, pero más lujoso en el siglo XVI, eso te convierte en un personaje Eso !!!!
– ¿Tienes algún problema con ellos?
–Sí, son un poco demasiado.
- ¿Eres hijo único?
-Sí.
-Simplifica todo.
“No necesariamente, pero ese no es el problema.
No conocemos a nadie hasta que llegamos a mi piso. Entramos en mi casa. En invierno pongo la calefacción al máximo, porque me gusta andar desnuda por mi casa, eso sí, sin correr las cortinas.
– Desnudo.
No llegamos al salón que quitamos todo lo que nos ha quedado de ropa, hay que decir que no había mucha. Por fin puedo mirar a Carole, es una mujer muy hermosa, hermosos glúteos, hermosos senos, hermosas piernas, al final no tan finas, realmente lo que se necesita donde se necesita, me encanta su cuerpo. Ve el sofá y se tira de espaldas. Me lanzo sobre ella, presentándole mi coño y lanzándome sobre el suyo. Estamos ocupados en el sexo del otro con deleite. Lo chupo, lo mordisqueo, lo chupo, lo bebo. Ella me chupa, me mordisquea, me chupa, me bebe. Ella se retuerce bajo mis caricias, yo me retuerzo bajo sus caricias. Terminamos disfrutando al unísono. Me siento bien, tengo la impresión de que algo va a pasar con esta mujer. me dejo llevar por ella, mis brazos rodean sus piernas para juntarlas, su clítoris apenas emerge de sus labios. Mi boca aterriza en su pubis, deslizo mis labios a su vulva cerrada. Mi boca llega a su clítoris bien escondido por sus labios sobre los que deposito un beso de vez en cuando. Estamos pegados uno al otro, piel con piel, respiramos lentamente para recuperarnos y empaparnos del cuerpo del otro. Me enderezo, me levanto, hago que se levante para besarla. Intercambiamos un beso caliente. respiramos lentamente para recuperarnos y empaparnos del cuerpo del otro. Me enderezo, me levanto, hago que se levante para besarla. Intercambiamos un beso caliente. respiramos lentamente para recuperarnos y empaparnos del cuerpo del otro. Me enderezo, me levanto, hago que se levante para besarla. Intercambiamos un beso caliente.
Enfrente, siempre Guillaume que está constantemente sentado frente a la ventana de su sala, tiene setenta y dos años y se queda en casa todo el día, rara vez sale. Me saluda con una gran sonrisa. le respondo
-Quién es ?
–Guillaume, está jubilado y siempre mira lo que pasa enfrente sentado ahí, frente a su ventana. Le encanta verme andar desnuda.
– Eso, lo entiendo.
–Lo he conocido siempre, venía de vez en cuando a nuestra casa con su mujer que era mucho más joven que él. Conocía muy bien a mi padre, había sido su profesor de matemáticas en la secundaria. Su esposa lo dejó hace unos años porque no estaba ganando suficiente dinero, ella se fue con otro hombre más joven.
– La perra.
-Como digas.
Carole le hace una seña, él le responde.
–Debe estar haciéndose una gran paja mientras te mira.
-Nunca, nunca he visto masturbarse delante de mí.
- Ahí, te digo felicidades.
-Y si comemos un poco.
- Está bien, ¿qué tienes?
-No te preocupes.
Me preparo para comer rápido, alrededor de la una, hemos terminado. Todavía estamos desnudos y Guillaume solo salió de su ventana el tiempo suficiente para preparar un bocadillo. Carole me toma en sus brazos y me abraza.
-Sabes que cada vez me gustas más, estoy toda ahí, pegada a tu cuerpo.
-Debo decir que también me gusta sentir tu piel.
-Es todo ?
–Y también tu lindo gatito que ahora mismo pastaría. Déjate hacer.
Me pongo en cuclillas frente a ella, le pongo las manos en las nalgas y la atraigo hacia mí. Mi boca se posa sobre sus labios, mi lengua les hace cosquillas, vuelve a lamer su clítoris que señala, y se excita con él. Ella disfruta muy rápido.
–OOOOOHHHHH sí, sí, sí.
Bebo su jugo de amor con gusto. Cuando termino de beberla y limpiarla con mi lengua, me siento y la beso apasionadamente. Nuestros cuerpos se pegan, nuestras pieles se unen, se frotan, se impregnan. Tengo una sensación de plenitud, estoy bien. Vamos a tomar una ducha. Una vez fuera del baño, Carole me toma en sus brazos.
– ¿Y si coqueteamos a dúo?
–Sí, por qué no, pero hay que tener un atuendo adecuado.
-Está bien, superemos esto.
…/…