Djamila camina por las calles en este hermoso día de primavera... Vuelve a su ciudad con mucho gusto después de cinco años en los Estados Unidos. Su marido, un rico industrial, accedió finalmente a instalarse en Francia para regocijo de Djamila, que añoraba el país.
No se cansa de pasear por estos barrios que conoce a la perfección. Su magnífica figura, bien resaltada por un vestido bien ajustado, atrae las miradas lujuriosas de los hombres y las miradas celosas de las mujeres. ¡A ella también le encanta eso!
Ahora se dirige a su hotel (la pareja aún no ha encontrado alojamiento y actualmente se hospedan en una suite de lujo en el Majestix). Al llegar a la vista del prestigioso hotel, observa a una rubia que se despide de un apuesto negro besándolo en los labios.
- No es posible... pero si es ella! murmura la beurette.
Luego, cuando está segura de sí misma, grita:
-¡Caro!
La persona interrogada gira la cabeza para ver de dónde viene.
-Djam! ¡Caramba!
Las dos mujeres se abrazan y se besan. Djamila y Caroline eran inseparables en la universidad. Y luego, la beurette había pasado unas vacaciones en los Estados Unidos, había conocido a Brandon y se había casado con él. Las dos novias habían intercambiado correspondencia por un momento y luego, como provocó la distancia, no tuvieron más noticias la una de la otra...
-¡Bueno, ha pasado un tiempo! dijo Carolina.
-¡Sí, cinco años!
-¿Estás de paso?
-¡No no, convencí a Brandon de que venimos a instalarnos aquí!
-¡Excelente! ¿Y dónde te quedas?
- Pues aquí, mientras esperamos a que encontremos alojamiento.
- ¡Di que tienes los medios!
-Eh eh! ¿Vienes a tomar una copa?
-¡Oh sí! hay que celebrar...
Las dos jóvenes se encuentran en la suite. Djamila le da una palmada en las nalgas a su novia.
-¡Siempre tienes un trasero tan hermoso!
-Estoy hablando... pero a ti también te veo, ¡todavía tan caliente!
-¡Gracias! ¿Tomamos una tacita?
-Con alegría...
Los dos amigos chocan las copas, sentados en el sofá. Djamila pregunta:
-¿Qué pasa contigo? Vi que tenías un prometido...
- ¡Je, je, eres estúpido! No, fue un tiro pasajero. No, en realidad estoy casada, como tú... ¡con un tipo rico! Ya ha pasado un año...
-¿Y ya lo estás engañando? Djamila se ríe.
-¡Si supieras! no esperé mucho...
- ¡Ay la traviesa! ¡Je, je!
-¿Y no me vas a decir que eres fiel?
-¿Pues, qué piensas?
Caroline permanece desconcertada por un momento. Frente a su cabeza, Djamila se echa a reír.
-¡Te verías la cara! ¡Pero por supuesto que no! Brandon también es un cornudo como tu... ¿cómo por cierto?
-Thibaut.... ¡Thibaut De la Martinière!
-Pues entonces cedes a la aristocracia...
Durante mucho tiempo, se cuentan sus aventuras sexuales completamente desenfrenadas.
- ¡Bueno, seguimos siendo las dos zorras! Djamila se divierte.
- Si, tienes razón. Pero nos gusta, ¿eh?
Las dos mujeres están muy entusiasmadas con sus secretos. De repente Djamila pone una mano en la rodilla de Caroline y susurra:
-De todos modos, ¡todavía estás tan caliente!
-Hablo... ¡Pero también te quedaste muy sexy!
Caroline puso su mano sobre la de su amiga...
-¿Siempre das el cordero al ajillo?
-De vez en cuando sí me gusta... ¿y a ti?
- Sí, a mí me pasa lo mismo... ¿Recuerdas cuando éramos compañeros de cuarto?
-¡Oh sí!
- ¿Sabes que tengo ganas?
Por toda respuesta, Djamila aplasta sus labios con los de su novia. Las dos mujeres se besan febrilmente mientras juguetean.
-Mhh... Deberíamos ir al dormitorio invitar a la beurette.
Aquí están ambas desnudándose, conservando sólo su sexy ropa interior. Se acarician los pechos mutuamente. Los de Caroline son muy grandes y un poco caídos. Los de Djamila son un poco más pequeños pero apuntan bien.
-¡Qué jodidamente buena eres, mi perra! dijo Carolina.
- Gracias mi hermosa pero no tienes nada que envidiarme...
Los dos amantes ruedan sobre la cama. Yasmina acaricia el coño de la rubia.
- ¿Te estás depilando ahora? ella nota.
- Sí, quería intentarlo. ¿Me conviene así?
-¡Mhh sí, este hermoso y jugoso albaricoque! ¿Puedo probarlo?
-¡Con la condición de que me des la tuya!
Las dos mujeres se sientan cabeza con cola.
-¡Tú, en cambio, siempre estás bien abastecido!
Pronto todo lo que puedes escuchar es el murmullo de lenguas y los gemidos de las dos mujeres. Tras un primer orgasmo, las dos mujeres se embarcan en una sesión de tribadismo. Los dos coños se frotan hasta un segundo orgasmo violento.
-¡Guau! delira Caroline, eso es una reunión, ¿no?
- ¡Sí, tomé uno de esos pies!
-¿Tú sabes? ¡Todavía quiero!
-¡Zorra, vete! Fíjate en mí también... Espera, tengo algo que te puede gustar. No se mueva...
Pronto regresa atada con un consolador negro con correa de buen tamaño. Lo muestra con orgullo mientras arenga a su amiga:
-¿Te gusta mi pollón cariño?
Ambos se están riendo.
- ¡Si, me gusta! ¿Me lo vas a poner?
-¡Y qué puta! ¡Ve a cuatro patas!
Dócil, Caroline obedece y Djamila, de rodillas detrás de ella, la penetra con su máquina.
-¿Sientes mi gran polla?
- Sí, ella es buena, ¡jódeme!
-¡Llevar! ¡llevar! ¡llevar! Te gusta eh perra?
De hecho a Caroline le gusta y lo hace saber gritando su placer. Las dos mujeres se levantan y Djamila le entrega el dispositivo a Caroline.
-¡Depende de ti jugar al hombre ahora!
Caroline no necesita que se lo pidan y, gruñendo salvajemente, penetra a su compañero con autoridad. La beurette aprecia este trato:
- ¡Oh, sí, maldita sea, es bueno! ¡Más fuerte! ¡Sí! ¡Sí!
Animada de esta manera, la rubia se activa cada vez más rápido. El resultado fue inmediato:
-¡Ah! ¡Ja! ¡Sí! ¡Oooh! ¡Sí! Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!
Caroline se retira con la satisfacción del deber cumplido.
- ¡Has tomado bien el pie di entonces!
-¡Sí! Ha pasado mucho tiempo desde que me teñí, ¡se siente bien!
Unos minutos más tarde, los dos amigos están vestidos y hablando tranquilamente en el sofá... Es hora de los secretos...