Terminamos de cenar con un grupo de amigos. Celeste se ofrece a acompañarme. No vivo lejos, vamos a pie. Me toma del brazo como para guiarme. Celeste habla de amores, muchas veces ocultos. Al principio no entiendo, luego la oigo hablarme de sus deseos y sus hábitos. A ella le gustan las chicas. Además, me gusta.
En casa busca en mi almacenamiento de CD. Sin preguntar nada dedica un disco de música a bailar a dos enamorados. Solo pongo este cd una vez, cuando estoy con un chico que me gusta. Viene frente a mí, se quita la parte superior para quedarse con el sostén, que no permanece en su lugar por mucho tiempo. Ella está bien hecha. Si cree que puede convencerme de dejarme caer por sus bares, se equivoca. Ella continúa con su striptease. Su falda cae al suelo: ella la empuja con una patada. Ella toma sus bragas por los bordes por encima de las caderas. Celeste desliza su única prenda de espaldas a mí. Veo un bonito par de nalgas.
Ella viene a ofrecerse a mí. No me muevo, entonces ella pasa una mano sobre su sexo, hunde uno o dos dedos en la vagina. Escucho claramente el sonido de sus dedos yendo y viniendo: su cabeza hacia atrás. Celeste da un gran suspiro de alivio cuando se va para unirse a las estrellas de la masturbación.
Celeste como mujer no me atrae, pero como deseo empiezo a mojarme. Y entonces no puedo resistir la tentación, especialmente si se trata de follar……………………..
…………………….Estamos en la cama, me acaricia bien. Su boca está sobre la mía. Nuestras lenguas se irritan, nos saboreamos la saliva. Celeste me quiere a su manera. Me dejo llevar como ella quiere. Está casi encima de mí, una mano acaricia un seno endurecido, cae boca abajo. Es agradable ser tan acariciado. Y ahí está ella en el pubis, no se queda allí mucho tiempo. Siento dos dedos extendiendo mis labios, mi clítoris una pequeña banda, suficiente para que otro dedo acaricie esta punta de placer. Su mano cubre todo mi coño. Siento que el placer aumenta lentamente, lo siento aumentar (siempre que nunca se detenga). Ella debe sentirlo cuando me corro: solo me detengo por unos segundos antes de comenzar de nuevo. Es bueno sentirla contra mí.
Ella viene sobre mí, toma mi coño en su boca, me hace salir de nuevo. No sé qué hacer con él. Se da la vuelta por completo, me da su coño, manteniendo el mío sobre su boca. Oh, esta maravillosa posición en el 69. Tengo tanto su sabor, su olor un poco fuerte. Y todos sus tesoros a mi disposición. Puse mi lengua en su privacidad. Es un signo de confianza y entusiasmo.
Ella es más traviesa que yo. Utiliza sus dedos que introduce por casi todas partes. Es más que una incursión, es una invasión tan agradable. Eso es todo, estoy ocupado por una potencia extranjera: estoy colaborando. Es mi lengua la que participa de su placer. Lamo el receptáculo de su placer. Pruebo el licor destilado por su vagina. Yo también visito. Mi lengua busca y finalmente encuentra su pequeño punto G. Ella reacciona corriéndose y gimiendo. Gané esta ronda. No tengo que presumir, ella me lo devuelve casi de inmediato. Mis espasmos no me agotan, quiero más. Quiero ser más vicioso. Quiero algo en el ano. Después de todo, mi esposo me sodomiza y me gusta.
Celeste entiende lo que quiero. Su lengua se desvía de mi coño pasando sobre el perineo, entre el coño y el culo. Es corto, es emocionante. Y ahora siento esa lengua curiosa que viene a acariciar el ano. No es sencillo, simplemente presiona el botón para volver a ello. Me abre las nalgas con ambas manos, abre bien el pasaje. Primero siento el calor de su aliento. Finalmente, el pequeño trozo de lengua viene a burlarse de mi entrada secundaria. Lo lame duro, lo hace varias veces. Cuando menos lo espero entra suavemente en su lengua endurecida. Salto de sorpresa y placer.
Tener ambos dos dedos en el coño que lima rítmicamente y la lengua que acompaña los mismos movimientos me hacen perder los pedales: tengo que gritar de felicidad.
Ella me da vueltas. Estoy en ello. Tengo que bajar la cabeza para poder follármela. Estos orgasmos dejaban un buen olor, un agradable licor. Empezamos todo de nuevo desde el principio. Ah, besar a una niña, qué felicidad, qué alegría.
Llega la madrugada, los rayos amarillos pasan por debajo de las persianas. Son las 6 de la mañana cuando te despiertas. Morí de los placeres intercambiados. Ella se despierta, me besa largo rato en la boca. Ella está satisfecha con su noche, bueno, casi: solo perdió mi lengua en su ano.
Para castigarme por ello, ella entre sus dedos en el culo seco: es bueno, disfruto una vez más. Ella viene a poner su cabeza entre mis piernas, levanta suavemente su lengua sobre mí. Su lengua hizo un chapoteo en mi coño antes de olvidarse de entrar en el culo.
Prometo no olvidarme más de su culo, yo que pensaba que a las lesbianas no les gustaba esta caricia en particular.