Capuchina
“Era demasiado tentador, es tan guapo.
–Todo es tuyo cuando quieras, pero sabes que mi nombre es Apolline, está escrito en mi expediente, pero no sé tu nombre.
–Julie que te ayude, ve al baño.
Ya lo ha preparado todo, me pasa el guante por la piel, pero muy rápido, se lo quita para acariciarme los senos y el pubis. Respiro de satisfacción cuando uno de sus dedos toca mi clítoris, pero tiene que llamar a su novia para convertirme. Una vez sobre mi estómago, la otra cuidadora no se va, estoy bastante molesto, Julie no podrá acariciar mis nalgas como yo quisiera. Para mi sorpresa, son cuatro manos que se posan sobre mis nalgas y mi espalda, y sin guantes.
“Pensé que no te importaría si había dos de nosotros para lavarte.
-Usted tenía razón.
– Esta es Aïcha, de hecho, es mi novia, vivimos juntos.
Las manos se deslizan por mi cuerpo, una de ellas abre mis nalgas para hacerme cosquillas en el ano, me estremezco. De repente, es algo húmedo que me hace cosquillas en el ano, ¡su lengua!
Nunca una lengua se ha posado en mi ano, siento un placer desconocido, suspiro de alivio. La lengua sigue, no me puedo mover, pero mi cuerpo me envía oleadas de placer que no conocía. La lengua me deja, no estoy lejos del orgasmo, lo necesito, cuando estoy de espaldas, los observo.
"Tienes que acabar conmigo ahora.
Me sonríen, Aisha se inclina sobre mis pechos para chuparlos, Julie besa mi pubis, su lengua toca mi clítoris, sigue siendo una novedad para mí. Sé que las lesbianas practican el cunnilingus, pero nunca lo he visto. Esta vez, seré yo quien lo aproveche. Julie me abre un poco las piernas, se coloca entre ellas y mete la cabeza en el medio. Su lengua comienza a lamerme entre los labios mayores, no puedo reaccionar moviéndome, pero expreso mi placer lo suficientemente fuerte como para sentir una boca en mis senos y otra en mi sexo.
– Sí chicas, sí, me vais a hacer correr, os lo advierto, no soy muy discreto cuando me corro, y pasará pronto.
- No te preocupes, estoy aquí.
Aisha se sienta y presiona sus labios contra los míos, me sorprende pero abro la boca para dejar entrar un lenguaje conquistador que entra en contacto con el mío. Se hacen cosquillas, se abrazan, discuten, pero sobre todo se aman justo cuando mi cuerpo estalla en un orgasmo gigantesco como nunca antes había experimentado en mi vida. Mi cuerpo está disperso en el universo del placer, el reino del amor, el imperio de los sentidos. Ya no soy yo mismo, solo soy un ente sacudido por las olas de un placer desconocido. Julie se queda en mi polla mientras siente que mi cuerpo reacciona a sus caricias. La boca de Aisha también permanece en la mía, no debo gritar demasiado fuerte. Una vez que vuelvo a mi estado normal, se enderezan y me miran con cariño.
– ¿Te gustó lo que te acabamos de hacer?
-Me encantó.
"¿Habías practicado alguna vez el amor sáfico?"
– No, nunca, es la primera vez para mí, y espero que no sea la última.
– No te preocupes, estaremos aquí todas las mañanas durante un mes, después serán otros cuidadores.
–Creo que en un mes ya me habría ido.
–Hay una buena oportunidad.
Aisha mira la hora.
“Nos quedan cinco minutos, yo también tengo sed.
Se coloca entre mis piernas aún abiertas y se sumerge en mi sexo. Julie pone su boca en la mía, intercambiamos un largo beso. Mi lengua habrá conocido dos lenguas de mujeres, y le gusta mucho. La mano de Julie se desliza sobre mi vientre y mis pechos, la boca de Aisha me come el coño con entusiasmo. No tardo mucho en explotar de nuevo en un fabuloso orgasmo, incluso más fuerte que el primero, estoy completamente destrozada de placer, es un agujero negro.
Abro los ojos y veo los rostros de Aïcha y Julie, todo sonrisas.
–Bueno esta vez, no hace falta que nos digas que fue muy fuerte, era obvio.
–Gracias chicas, lo necesitaba mucho.
–Estamos a su servicio todos los días, pero antes, un pequeño aseo.
Julie se inclina sobre mi sexo para pasar dos lametones, imitada por Aisha.
– Ya está limpio, podemos dejarle el trabajo hecho.
Salen de la habitación riendo.
Vinieron todos los días para hacerme venir, Victoire vino justo después de su visita, siempre me encontró en buena forma y sonriendo, estaba feliz por eso. Pero después de tres días, una enfermera vino a tomarme la presión justo antes que las niñas. Como de costumbre, estoy desnudo bajo las sábanas. Levantando mi brazo, deslizó la sábana revelando mi seno izquierdo. Me toma la presión arterial, pero su mirada no se despega de él, detecto cierto deseo. Su mirada me excita y siento que mis pezones se endurecen un poco. La miro a los ojos.
-Por favor ?
Ella sostiene mi mirada sorprendida.
“Puedes hacer lo que quieras, me apunto.
-Qué quieres decir ?
-Solo que tus ojos me decían que querías otra cosa, por ejemplo, pasar tu mano por mis pechos.
Se sonroja un poco pero no dice nada, quita el tensiómetro y vuelve a tomar mi mano. Su mano sube por mi brazo, se acerca lentamente a mi pecho y aterriza sobre él. Ella lo acaricia con ternura y pasa al otro para darle las mismas caricias. Dejo escapar un largo suspiro de placer, ella comprende y continúa su exploración. Su mano pasa por debajo de la sábana y se desliza hacia mi pubis, suspiro cada vez más fuerte. Cuando se mete en mi clítoris, no estoy lejos de explotar pero escuchamos la voz de Julie acercándose por el pasillo, ella retira su mano, me siento frustrado.
-Como te llamas ?
– Capuchina.
– Bueno mañana, ven un poco antes.
–Será difícil, tengo horarios, pero lo intentaré.
La puerta se abre en ese momento, Aïcha y Julie entran riendo. Ven a Capucine y se lanzan sobre ella para posar sus labios sobre los de ella en un rápido beso. Nasturtium parece un poco molesta pero se deja llevar tanto como una mano de Julie quiere deslizarse debajo de su blusa revelándome sus sublimes nalgas.
– No te preocupes Capucine, Apolline es muy abierta, le gusta el amor sáfico. Estoy seguro de que le encantaría tener algunos momentos tiernos contigo.
– Así es Capucine, ¿y si terminas lo que empezaste?
Se vuelve hacia mí y se inclina sobre mi cara para poner sus labios en los míos mientras su mano se desliza debajo de la sábana para hacerme cosquillas en el clítoris. Nuestras lenguas se encuentran y se aprecian, es la tercera lengua de una mujer que se encuentra con la mía. Llegaré a conocer a todos los camilleros y enfermeras del hospital si esto continúa. En el estado en que me encuentro, no tardo ni un minuto en disfrutar, mis gemidos de placer sofocados por la boca de Nasturtium. Se sienta, sonriendo, toma mi mano y la desliza debajo de su blusa. Mi mano aterriza en su tanga empapada, desliza un dedo por debajo para ponerlo en su clítoris, que también está muy húmedo.
-Mañana haré que te masturbes, quiero correrme bajo tu dedo, pero ahora estoy atascado, hasta mañana.
Me suelta la mano y sale de la habitación. Julie y Aïcha me besan acariciándome, balancean la sábana. Hoy, Aisha cuida mi polla mientras Julie me hace cosquillas en los pechos con la boca. Cambian todos los días, solo pudiendo hacer una cosa por falta de tiempo. Una vez que he disfrutado, me lava, terminando siempre con dos lametones cada uno en mi sexo.
A la mañana siguiente, Capucine llega un cuarto de hora antes para tomarme la presión arterial. Una vez tomada, quita la sábana, abre su blusa y la deja caer al suelo, está desnuda debajo.
– Para ti, quería que me conocieras como yo te conozco, dame tu mano.
Ella lo agarró y lo lleva en su vulva ya muy mojada. Ella pone mi dedo medio en su clítoris y lo gira, pero no estoy muy cómodo, mi brazo está un poco torcido.
-Ya no quiero saborear tu sexo con mi boca, ¿no podrías correrte sobre mí?
"Por supuesto, déjamelo a mí.
Me tira un poco hacia abajo de la cama y se sube a ella. Me muestra su sexo por encima de mi cara, es la primera vez que veo el sexo de una mujer tan de cerca. Se escapa una fragancia divina que me fascina, lentamente baja su pubis sobre mi boca. No puedo agarrarlo con mis manos, pero ella lo sostiene lo suficiente como para que pueda poner mi lengua entre sus labios. Lo lamo, lo chupo, me atiborraré con su delicioso semen. La siento retorcerse bajo mi lengua, pero no permanece inactiva, su lengua se desata sobre mi sexo, y me hace subir a las torres. Ella tiene algo de experiencia porque tan pronto como siento que viene el orgasmo, ella cambia el ritmo para ponerme en un nivel, sigo mientras dejo que llegue el orgasmo. Terminamos corriéndonos juntos, Me obligo a permanecer en su sexo para que mis gritos de alegría no se escuchen en todo el hospital. Lentamente volvemos a nosotros cuando la puerta se abre sobre Aïcha y Julie. Cierran la puerta a toda prisa y se arrojan sobre las nalgas de Nasturtium. Veo la cabeza de Aisha sobre la mía. Abre las nalgas para cuidarse el ano con la lengua. Nasturtium mece y me libera, veo a Julie en cuclillas frente a ella presionando su sexo contra su boca. No tarda en caer bajo la lengua experta de su amiga. También veo el sexo de Julie abierto de par en par frente a mí, está en cuclillas, abriendo las piernas cuando no tiene bragas. Cuando Capucine se libera, Julie se sienta mientras se desabotona la blusa al mismo tiempo que Aïcha. Se me aparecen completamente desnudos, Puedo detallar estos tres soberbios cuerpos que se me ofrecen. Capucine se apresura a ponerse la blusa, se acerca a mí para intercambiar un largo beso mientras me acaricia los senos y el estómago.
–Volveré mañana, me gustó mucho lo que acaba de pasar.
-Te echo de menos ya.