Capuchina
Le presento mi polla y hundo mi cabeza entre sus piernas. Se desata sobre mi sexo, yo la imito. Lo damos todo, sus manos me presionan contra ella, siento el orgasmo subir en mí, pero también siento el orgasmo subir en su cuerpo. Sincronizaremos nuestros orgasmos, puedo sentirlo. Ralenticé mi acción, quiero que dure el mayor tiempo posible, ella lo entiende y me quiere. Quiero quedarme en sus labios y en su vagina el mayor tiempo posible, saborear su elixir de amor para tener más sed. Me deleito con su jugo de amor, pongo mis labios en un embudo en su vagina y chupo. Pero el cuerpo manda, los dos estamos al borde del orgasmo. Lentamente vuelvo a su clítoris, ella me imita y ambos estallamos en un sublime orgasmo. La siento vivir su placer bajo mi cuerpo, multiplica por diez el mío. Lentamente vuelvo en mí, me enderezo y giro para ir a agarrar sus labios. Intercambiamos otro beso, ella se masturba, la miro, llora.
– ¿Qué te pasa, mi amor?
– Es la alegría de haber vivido todo esto contigo, me explota el corazón, nunca en mi vida había sido tan feliz, te amo mi amor, te amo.
La abrazo lo más fuerte posible contra mi cuerpo, quiero que sienta cuánto vive mi cuerpo por ella, cuánto la amo también. Cuando se ha calmado, vuelvo la cabeza. Charles y Laurence nos miran.
– Prima, acabo de ver la escena de amor más bonita de mi vida. Los envidio a ambos, me gustaría experimentar lo mismo con una mujer.
– Yo por ejemplo.
Se lanza sobre Laurence para besarla. Charlotte está completamente recuperada, los mira con ternura. Cuando se separan, ella mira a Charles.
“Creo que es su Charles, es a ella a quien estás buscando sin saberlo. Quédatelo.
–Ves Laurence, te dije que encontrarías el amor, creo que está hecho.
Laurence se acurrucó contra él, obviamente está muy enamorada, eso en tres horas, una especie de récord. Los miro cuando siento una lengua en mi polla, es Soraya otra vez. Charlotte se inclina hacia mi oído.
–Te toca, mi amor, sabes que Soraya detesta poner celosa a la gente.
Me dejo llevar, ella hurga en mi sexo, el placer sube lentamente, Charlotte se inclina sobre mi boca para intercambiar un largo beso. Disfruto en dos minutos, cuando vuelvo en mí, Charles y Laurence están apretados uno contra el otro mirándonos. Soraya me mira.
–Solo hay Laurence que aún no he probado, no conozco su gusto.
Se vuelve hacia Charles, él la mira.
– ¿A ti también te gustaría que Soraya te comiera el coño?
“Sí, me encantaría, ella nunca me lo hizo, no lo sabes, pero también me gusta tener sexo con mujeres, y no creo que eso cambie nunca.
–Conozco a Amandine desde hace veintitrés años, te imaginas que sé lo que son las mujeres que aman a hombres y mujeres, haz lo que quieras mi amor, eres libre con tu cuerpo.
– Ok, pero ¿qué pasa con las mujeres, ok mi amor?
– Sí mi amor, sólo con mujeres.
– Incluyendo a tu prima.
– Incluyendo a mi prima, por supuesto, mi amor.
–Ya estás en mi amor, mi amor, es una locura de amor.
– Si prima, creo que he conocido a la mujer de mi vida, y es gracias a ti, eres mi hada benefactora.
- ¡¡Que honor!!
Ella lo abraza y lo besa, pero Soraya ya se ha deslizado entre sus piernas abriéndolas y comienza a comerle el coño. Ella retrocede y los abre.
– Oh sí, me gusta tu lengua, haz que me corra como Charlotte, haz que me corra.
La cabeza de Soraya sube y baja entre los muslos de Laurence, este último se entrega adelantando sus glúteos, Soraya la agarra por las caderas y la aprieta contra ella. Charles cuida sus senos y su mano izquierda recorre su piel. Laurence llega bastante rápido, hay que decir que Soraya conoce la música. La tarde es todo diversión, sexo y placer. Charles solo hacía el amor con Laurence, no quería que Soraya lo cuidara. Llamó a sus padres diciéndoles que no pasaría la noche con ellos, fue a recoger sus cosas y vino a pasar la noche con Laurence. Nos quedamos los tres, Soraya era adorable, se acostó en su habitación a eso de las once, dejándonos solos. Estábamos bastante cansados y dormimos bastante rápido.
Al día siguiente fui a trabajar como todos los días de la semana, pero ahora tengo dos furias esperándome en casa y haciéndome correrme como loca todas las noches. Se llevan muy bien, Laurence y Charles vienen a vernos casi todos los días, Charlotte lo ha aceptado, son muy buenos amigos, él puede incluso tomarla en sus brazos y darle dos besos estando los dos desnudos, yo soy sobre la Luna. Pero volvió a Toulouse, cuestión de horario modificado, Laurence lo acompaña hasta el final de la semana, regresa el domingo. Hice venir a mi padre el lunes para los trabajos en la sala ciega, Soraya le explicó lo que había que hacer. Le dije que era muy urgente, vino el miércoles con dos empleados a hacer el trabajo, terminaron el jueves por la mañana. Usamos a Choupette todos los días, incluso Laurence en presencia de Charles, él acepta siempre que no sea un hombre de carne y hueso. Fui sodomizado por Choupette, lo disfruté mucho, pero nada puede reemplazar la piel de mi Charlotte, su cuerpo, mi boca en su sexo, su boca en mi sexo, nada puede reemplazar el amor que llevamos.
El jueves alrededor del mediodía, mi padre me llama para decirme el final del trabajo. Rehizo la electricidad, selló la habitación, alisó el piso, trajo el agua y vació el baño de al lado. Está un poco sorprendido pero no pide nada más. Alrededor de las cuatro, estoy en mi oficina, estoy buscando en Internet una empresa que pueda proporcionarme equipos de oficina y computadoras cuando irrumpe mi jefe.
-Amandine, Amandine, te necesito, la señora de mi oficina se acaba de desmayar, llamé al SAMU, por favor ven y ayúdame.
-Ya voy.
Entro corriendo a su oficina, veo a una mujer joven acostada en la mesa que usa cuando somos muchos. Lleva un vestido rojo ceñido abotonado hasta la mitad del muslo, la había visto cuando entró antes. De hecho, no me es ajena, la reconozco, es Capucine, una joven comercial que vino a verme hace unos días para que le informara sobre nuestros nuevos productos para un nuevo cliente. Habíamos pasado una tarde muy agradable trabajando en los productos, ella era muy juguetona, muy motivada y me pareció bastante inteligente. Ella está consciente, yo vengo a ella.
¿Cómo estás, Capucine?
–Ah, hola señorita Amandine, la verdad no sé, me siento un poco mejor, pero aún no es eso. No sé qué pasó, de repente sentí que el suelo cedió, no entiendo.
–Viene el SAMU, quédate tranquilo.
–Me gustaría levantarme, estoy empezando a tener un poco de dolor de espalda acostado en esta mesa dura.
-Está bien, te ayudaré.
Me inclino sobre ella, la ayudo a enderezarse, ella baja de la mesa, pivotando sobre sus nalgas, sus muslos se abren un poco y dejan ver sus piernas hasta arriba, mostrándome un pene desnudo y sin vello, lo hace. no lleva nada debajo de su vestido. No reacciono y la ayudo a sentarse en un sillón en el baño con ventana. Nuevamente, tengo una vista sin obstrucciones de su sexo, y más de sus redondos senos. Su vestido le llega casi hasta el pubis, y los últimos tres botones de la parte superior de su vestido no están abotonados. Se comporta como si yo no existiera, parece que no le importa mostrarme su sexo y sus pechos, como si una mujer no fuera un ser humano, sino algo sin importancia, a menos que no haya nada más. La miro directo a los ojos, ella sostiene mi mirada con una extraña sonrisa, ella se ve triste Estoy empezando a preguntarme qué está pasando. Llega el SAMU, una joven acompañada del jefe se precipita hacia nosotros.
"¿Puedo examinarlo solo?"
-Claro.
Salgo de la habitación, la joven la examina, se da la vuelta a los tres minutos, me mira, no parece importarle demasiado. Ella sale después de diez minutos.
–Nada grave, creo que le pasa más en la cabeza que en el cuerpo, está al lado de sus flexiones.
-No comprendo.
-Pues no tiene nada, es flan, creo que solo quería llamar la atención.
– Pero de quién.
– Depende de ti, pero realmente pareces interesarle, no dejaba de hacer preguntas sobre ti, preguntas que no podía responder porque no te conocía. Me iría bien sin este tipo de emergencia falsa, tengo otras cosas que hacer.
Ella se va, no está muy contenta y lo demuestra.
–A la mierda toda esa mierda!!
Yo, no soporto este tipo de comportamiento infantil, entro a la habitación abriendo la puerta sin precauciones, estoy un poco nerviosa.
"Entonces, ¿estamos fingiendo tener un problema?"
Ella me mira completamente sorprendida. De repente, se derrumba, se echa a llorar.
- Estoy totalmente confundido, ayúdame.
-¿Cómo puedo ayudarte si lo que dices no es la verdad?
-Discúlpame, pero quería que me cuidaras, te destellé durante nuestro último encuentro. Disculpe, disculpe, le pido perdón.
Estoy completamente atónito por su reacción, de repente mi nerviosismo desaparece, veo a una chica completamente al lado de sus zapatos de tacón como dijo el toubiba. Me acerco a ella, sonriéndole.
-Pues entonces, ¿qué pasa, qué puedo hacer por ti?
–Estoy perdido, vine a ver a tu jefe por un trabajo, la última vez, cuando me informaste, creí entender que estabas buscando un vendedor. Me dijo que no tenía ningún puesto de ventas para cubrir en este momento, no podía soportarlo.
–De verdad me tomas por una canica, la persona que acaba de salir de aquí me dijo que era yerba, ¿qué quieres?
–Te prometo que estoy buscando trabajo, mi empresa me acaba de despedir, estoy en la calle, estoy completamente despistado, no sabía a quién contactar y pensé en ti.
- Está bien, sígueme.
Vamos a mi oficina, ella levanta su vestido y se sienta directamente en la silla, culo desnudo, sin apretar las piernas, tengo una vista despejada de su sexo. La miro sorprendida, pero parece perfectamente natural. Allí se entrega, realmente busca trabajo, pero también quiere vivir otra cosa que no sea su vida de mierda como dice. Tiene solo diecinueve años y solo un CAP de mecanógrafo, pero ya tiene un año de experiencia como vendedora. La acaban de despedir de su palco, reducción de plantilla, son cinco despedidos. Le cuento mi asombro, había discutido con su gerente de ventas quien parecía muy satisfecho con ella. De hecho, fueron los últimos reclutas los que fueron despedidos, una concesión a los sindicatos. Hablamos largo rato, ella me cuenta parte de su vida, pero yo quiero saber más.
Ella termina diciéndome lo que realmente quiere. Quiere vivir como una mujer liberada, quiere tener amantes, amantes, saber por fin lo que es realmente el sexo, no conformarse con su novio que la folla dos veces por semana y con el que acaba de romper. Je la laisse parler, je me rends compte que c'est une fille complètement pommée, elle ne sait pas qui elle est, d'où elle vient, où elle va, ce qu'elle veut faire et surtout, ce qu'elle peut hacer. Me dijo que veía en mí a una persona muy abierta en la que se puede confiar. Cuando termina de hablar, me levanto y me acerco a ella. Se levanta y se tira sobre mí para abrazarme, me abraza, apoya la cabeza en mi hombro. Su vestido se atascó en la parte superior de sus nalgas que admiro en el reflejo del cristal.
-Ayúdame, te lo ruego, ayúdame.
Estoy un poco sorprendido, me alejo un poco.
-Qué haces esta noche ?
-No sé.
– ¿Tienes un punto de partida?
– No, estoy solo y no tengo adónde ir.
– ¿No tienes apartamento?
–No, es mi amigo el inquilino y te lo dije, acabamos de romper, él no quiere un peso muerto como dice.
-Tus padres ?
–Tenemos un poco de frío en este momento.
"Te llevaré a casa, ¿de acuerdo?
-Oh sí.
– Pero debo decirte que vivo con dos mujeres, mi amor y otra chica.
-Eres lesbiana, sospeché.
- ¿Te molesta?
– En absoluto, al contrario.
– ¿Cómo es al contrario?
“Te acabo de decir que quería tener amantes y amantes.
–Vale, veremos qué podemos hacer, pero no cuentes conmigo, estoy enamorado de una mujer, no me disperso.
No quiero involucrarme, creo que Soraya estará feliz de encontrar una solución.
– Espérame aquí, termino en tres cuartos de hora, ¿estás bien?
– Está bien, estoy esperando aquí.
Ella siempre se sienta sobre sus nalgas desnudas. No le digo que se va a tener que desvestir cuando llegue al apartamento, pero seguro que por su comportamiento no le molestará. Tres cuartos de hora después, voy a recogerla, me ofrece llevar su coche. Se sube al auto, tirando de su vestido hasta la parte superior de sus nalgas, revelándolos a todos. Me ve mirándola.
–No soporto sentarme en mi vestido, tengo miedo de mancharlo.
Vuelvo a notar que no tiene vergüenza, no le importa tener el vestido encima de las nalgas, habla normalmente sin apretar las piernas, puedo ver perfectamente su pene que brilla, la miro un poco mejor. Ella no es muy alta, medianamente baja, pero muy bonita, ojos color avellana, cabello rubio cayendo en cascada sobre sus hombros, hermosos senos altos no muy grandes con un rastro de una línea de bikini triangular, hermosas nalgas redondas y blancas también, lo noté cuando ella subió al auto, lindas piernas, sin vello y pubis blanco también, debe tener lindas líneas de biquini, más grandes que las de Charlotte en cualquier caso. Llegamos al pie del edificio, tenemos la suerte de encontrar un lugar no muy lejano. Tarda un rato en bajarse el vestido al bajarse del coche, saca una pequeña maleta del baúl inclinándose, nuevamente, veo sus nalgas blancas. Mientras conduce, no ha dejado de mirarme desde que salimos del box, tengo la sensación de que está buscando algo. Una vez en el pasillo, la dejé pasar junto a mí en las escaleras.
Está en el sexto, después de ti.
Ataca la subida sin prisas, entre la primera y la segunda, pone su maleta en un escalón y se recoge el pelo detrás de la cabeza, su vestido se levanta para mostrarme las tres cuartas partes de sus nalgas. Eso es una invitación o no sé nada al respecto. Dudo un segundo, pero termino extendiendo la mano y poniéndoselo en uno de sus glúteos, ella se detiene.
-Sí, he estado esperando esto por tanto tiempo por favor acaríciame, quiero sentir manos tiernas en mi cuerpo, lo necesito.
Me pego a ella y le acaricio las nalgas, mueve un poco el bajo vientre, mis manos pasan para subir a su pecho, sigue su vestido, está prácticamente desnuda en las escaleras. Mis manos caen sobre senos firmes y redondos, una mano baja para sumergirse entre sus muslos. Se ahoga en un charco de jugo de amor. Apenas toco su clítoris, ella inmediatamente disfruta apretada contra mí y sacudida con espasmos de placer. La mantengo de pie, ella se deja ir en mi contra.
–Gracias señorita Amandine, gracias, no podía más.
-Me había dado cuenta, pero creo que en el punto en que estamos, los "miss" son demasiados, tú me conoces y estás feliz con Amandine.
-Ok Amandine, te conozco.
Vuelve a subir las escaleras sin tocar su vestido el cual queda pegado en las nalgas, yo me quedo un poco más abajo, me encanta ver sus nalgas blancas moviéndose frente a mí. Llegamos al último piso, el vestido finalmente ha regresado casi a su lugar, había hecho una llamada telefónica desde la oficina para advertir a las chicas, Soraya y Charlotte están desnudas en el umbral. Capucine los mira, se vuelve hacia mí.
– ¿Es este el atuendo requerido?
-Sí.
Cinco segundos después, está desnuda en el rellano. Ella está ahí, frente a nosotros, una maleta en una mano, su vestido en la otra. Soraya se acerca a ella, la abraza para darle dos besos sonoros sobre las alegrías, veo sus cuerpos pegados. Capucine suelta lo que sostenía para abrazarla. Las manos de Soraya se deslizan por el cuerpo de Capucine, enfatizando las nalgas, ella se deja acariciar apretándose contra ella. Se separan después de unos segundos, Soraya la toma de la mano y la lleva al departamento. Charlotte le da dos besos al pasar y corre hacia mí para intercambiar un largo beso en medio del rellano. Oímos pasos en las escaleras, entramos al apartamento un poco apresurados, apenas tengo tiempo para recoger las cosas de Nasturtium.
Cuando entramos en la sala, vemos a Soraya y Capucine boca abajo, Capucine sobre Soraya. Lo dan todo, Capucine parece estar muy cómodo. Llegamos a ellos, Charlotte acaricia las nalgas de Capucine, las únicas accesibles. Veo la cara de Soraya, está radiante de alegría. Ella disfruta un poco ante Capucine, apretándola muy fuerte, nunca la había visto así, parece perfectamente feliz. Cuando Capucine disfruta, Soraya se desata sobre su clítoris, Capucine se encabrita, parece sin aire, hunde la cabeza hacia atrás entre las piernas aún abiertas de Soraya. Ella se sacude, su cuerpo tiembla con espasmos, las manos de Soraya se deslizan sobre él y se detienen en sus nalgas para inmovilizarlas. Capucine se corre durante mucho tiempo, Veo que su cuerpo se relaja lentamente para descansar sobre el de Soraya, que ya no vemos. Se enderezan y se sientan uno al lado del otro, Capucine pasa el brazo por los hombros de Soraya y la estrecha contra ella, intercambian un largo beso. Charlotte pone una mano en mi nalga izquierda, la miro.
-¿Te recuerda a algo?
-No veo.
–Laurence y Charles, pasó casi igual el domingo.
–Excepto que tomó un poco más de tiempo verlos besarse así y hacer el amor. Allí se rozan el coño y se hacen un zueco a los dos minutos de verse por primera vez, es rápido.
– O amor a primera vista.
Los miro con otro ojo, se separan y ambos parecen muy contentos con lo que acaba de pasar. Capucine me mira.
–Verás, hice bien en confiar en ti, acabo de conocer a una persona extraordinaria, una persona que me puede dar un gusto por la vida.
–No exageremos, no habías perdido el gusto por la vida, no me hablabas de suicidio que yo sepa.
“Pero lo pensé mucho esta mañana, cuando recibí mi carta.
-Bueno, ya se acabó, quédate aquí, creo que Soraya querrá compartir su habitación contigo.
“Por supuesto, ella está fuera de discusión si no te importa.
-Claro que no.
Capucine salta sobre él para volver a besarlo. Los miro mejor, Capucine es apenas más alto que Soraya, como máximo unos quince centímetros, pueden amarse de pies a cabeza, lo que Soraya no puede hacer con nosotros, demasiado pequeños, aunque nos inclinemos al máximo. Vamos con Charlotte al baño a ducharnos. Los escuchamos gemir en la sala, de vez en cuando un pequeño grito de placer, hacen el amor. Cuando volvemos media hora después a la sala de estar, todavía están boca abajo. Esta vez es Soraya quien está encima, veo sus adorables nalguitas moviéndose bajo la embestida de Capucine. Disfrutan manifestándose a gritos, Soraya pivota, se tumban en el sofá para intercambiar un largo beso. Una mano de Capucine recorre el cuerpo de Soraya, ella no olvida ni un milímetro cuadrado de este magnífico cuerpo en miniatura. Cuando nos miran, veo muy bien que para ellos es una felicidad absoluta. Capucine me mira.
–Gracias Amandine, gracias, renazco enamorada, gracias.
Ella viene a abrazarme y apoya su cabeza en mi hombro.
– Gracias Amanda.
No sé cómo reaccionar, Soraya se da cuenta y viene hacia nosotros. Toma a Capucine en sus brazos.
-Vamos, cariño, ven conmigo.
Se van a acostar en un puf. Soraya acaricia a Capucine con mucha ternura, la tranquiliza. Cuando Capucine parece estar dormitando, Soraya se incorpora.
–Sabes que el uro play está terminado, tu padre nos lo entregó a las once y media, solo quiere ser usado.
-Tienes ganas ?
-Sí, tú no.
–Sí, pero ¿qué hacer con Capucine?
"¿Crees que a ella no le gustará?"
“Las escucho chicas, ¿de qué están hablando?
-Una habitación donde puedes orinarte, ¿sabes?
Se levanta como impulsada por un resorte.
– ¿Meando? pero llevo varios años fantaseando con eso, desde que vi un video porno de dos mujeres meándose entre ellas, quiero sentir este liquido caliente corriendo por mi cuerpo, no te creas que estas loca espero?
-Claro que no.
-¿Vas a ir allí?
- ¿Vienes con nosotros?
– Por supuesto, ¿dónde está?
Esta chica es una pasada, a veces completamente cabeza, a veces dispuesta a todo, pero sobre todo veo que le gusta mucho Soraya, no la deja ir. Vamos a la habitación que descubro, solo está terminada desde el mediodía de hoy, gracias papá. Está genial, el suelo es muy liso, las paredes han sido rehechas y se puede limpiar con un chorro de agua, podemos dejarnos llevar por completo. Las chicas ya lo han instalado esta tarde, hay dos bancos de plástico con cojines, uno más bajo que el otro, un Soraya especial, me gusta la idea, y dos pufs de skai. Choupette está en un rincón con dos pufs que parecen más cómodos. Capucine camina alrededor de los bancos, Soraya la toma de la mano y la pone en la bandeja más baja sobre su espalda.
– Si mi amor, oríname, quiero tu liquido caliente en mi piel.
Abro sus piernas para colocarme a cuatro patas entre ellas, Soraya se posiciona sobre su pubis, me sumerjo en su chorreante sexo. Soraya abre las compuertas y empieza a mearlo encima, obviamente estoy salpicada, pero me gusta, sobre todo porque siento la lengua de mi amor haciéndome cosquillas en el ano. Soraya sube a lo largo del cuerpo de Capucine, llega bastante rápido a su rostro.
–Ay mi amor, me gusta tu meada caliente, rocíame, rocíame la cara, quiero.
Nasturtium no abre la boca sino que le agarra las nalgas y la hace caer encima de ella. Se come tanto el coño que Soraya se corre bastante rápido, justo al mismo tiempo que yo. Sin embargo, sigo rozando el sexo de Nasturtium, es lo suficientemente largo para correrse, ella se pone rígida y bloquea mi cuello con sus piernas, me lastima, pero sé que no puede evitarlo. No insisto, me relaja y me libera. Me enderezo, ella sigue tumbada en el banco, Soraya está encima de ella, se besan apasionadamente. Pero es hora de preparar la comida.
– Tendremos que preparar la comida.