Charles
Se está haciendo tarde, estoy completamente cocinado, quiero dormir, arrastro a las niñas a mi habitación, Soraya se sorprende.
"¿Estoy durmiendo contigo?"
–Para esta noche, pero será excepcional, tienes tu habitación.
–Lo entiendo perfectamente, así que depende de mí disfrutarlo esta noche.
-Como digas.
Nos tumbamos en la cama, ha sido una noche de amor, Soraya es insaciable, pero también es una amante sobresaliente, solo dormimos desde las tres.
Al día siguiente, domingo, me despierto bastante tarde, alrededor de las nueve, estoy solo en la cama. Me levanto y voy a la sala, nadie, el apartamento está vacío. Deduzco que fueron de compras al mercado Plan Cabanes, ese que hacemos todos los domingos con Charlotte, está a cinco minutos caminando. Voy a tomar una ducha. Cuando salgo del baño, escucho risas en las escaleras, abro la puerta, llegan, se detienen en el rellano, salto sobre Charlotte para besarla. No me doy cuenta de que estoy desnudo en el rellano.
-Buenos días mi amor.
-Buenos días mi amor.
Soraya viene a posar sus labios sobre los míos durante unos segundos.
-Hola Amanda.
-Hola Soraya.
-¿Has terminado tu noche?
– Sí, me estoy levantando, pero ¿cuánto tiempo llevas levantado?
– Unas dos horas, hicimos las compras, pero no solo.
-Es decir.
–Charlotte me hizo pasar por su hija, me tomó de la mano como una madre, nos reímos mucho.
–Traje divertido para una madre y su hija.
Ambos llevan faldas ajustadas ultracortas que muestran que están desnudos debajo.
– Exacto, eso fue lo que hizo reaccionar a la gente, algunos se reían, otros la llamaban madre indigna, hasta puta.
– Y te hizo reír.
–Eso es lo que la gente no entendía, salvo una señora de unos sesenta años que nos decía que no nos creía y que estaba segura de que no éramos madre e hija, que estábamos contando tonterías.
"¿Y lo convenciste?"
– No, le dijimos la verdad, pero era una vieja viciosa, nos metió la mano en el culo.
“Y eso es lo que te hizo reír.
–Sí, pero no solo eso, una mujer nos creyó, me miró y me dijo “qué hermosa serás cuando seas grande”.
-Obviamente.
La puerta de Laurence se abre, ella también está desnuda y nos mira, le hago señas para que venga.
"¿Quieres venir a almorzar con nosotros?"
-¿Y tal vez más?
-Claro.
-Ya voy.
Entramos y dejamos las compras en la cocina, obviamente hay croissants para el desayuno. Lo preparamos cuando Laurence llega desnudo de casa.
– ¿Estás caminando desnudo en el rellano?
– Sí, te quedas allí por lo menos un minuto para charlar con las chicas. Además, somos solo tres apartamentos, no hay peligro, y aunque lo hubiera, sería emocionante.
–Ni siquiera me di cuenta de que estaba desnuda, es natural para mí. Esta es Soraya, vive aquí desde ayer.
Se inclina hacia ella para darle dos besos, pero Soraya gira la cabeza y sus labios se encuentran. Laurence no reacciona en respuesta a su beso. Las manos de Soraya se deslizan sobre el cuerpo de Laurence, lo que la hace feliz. Se separan y van a sentarse alrededor de la mesa. Desayunamos felices, todos felices, Charlotte y yo porque estamos juntas y nos queremos como locas, Soraya porque está pasando por un momento muy especial en su vida de niña. Laurence porque tiene nuevos amigos con los que puede divertirse. Soraya lleva todo a la cocina y nos sentamos en el sofá, suena mi teléfono.
– Hola, hola Charles…..., ¿dónde estás? …………………, ok, solo tienes que pasarte a primera hora de la tarde, me alegro mucho de volver a verte, han pasado cinco meses, hasta luego.
Dejo mi teléfono, me miran interrogantes.
– Era mi primo Charles, tiene mi edad, es mi primo favorito, siempre estuvimos juntos cuando éramos pequeños, me llevo muy bien con él, ya verás, es genial. No lo he visto desde este verano.
Veo a Charlotte oscurecerse, la abrazo.
– No te preocupes mi amor, él sabe que me gustan las mujeres y sabe que vivimos juntos. Es muy respetuoso con las personas y nunca interfiere en las historias de otras personas. Además, solo se quedará unas horas, está una semana con sus padres.
"¿No lo ves a menudo?"
– No, desde hace cinco años como máximo tres o cuatro veces al año, está estudiando en Toulouse, en la ENAC, está en el último año, quiere ser piloto de avión. Hizo tres años de ciencias en Rangueil antes de incorporarse a ENAC. Es un cabezón, pero muy simpático con mucho humor. Rara vez viene a ver a su familia, hizo su vida en Toulouse. Nos llamamos de vez en cuando.
– Hicieron el amor juntos.
– No, nunca, y nunca sucederá.
-Él tiene una novia ?
–Curiosa pregunta mi querido Laurence, pero no sé, en todo caso, que yo sepa, nunca me habló de ninguna chica.
–Espero que no sea coqueto, lo odio.
– No te preocupes Laurence, es muy simpático, ya verás.
Carlota se pone de pie.
– Bueno, eso no es todo, quiero moverme, quiero salir a caminar y mostrar mi trasero, tener frescura en mis nalgas y mi sexo, ¿alguien que acompañe?
-A mí.
-A mí.
-A mí.
-Entonces vamos.
– Me pongo una falda y te acompaño.
-Y algo más espero.
– Yo también, ya voy.
Laurence corre a casa. Me voy a poner una falda ceñida muy corta, como la de ellos, me pongo una blusa y mi campera de cuero. Laurence vuelve muy rápido, se ha puesto una falda ajustada al ras de su coño. Aquí estamos las cuatro en la calle con minifalda y zapatos de tacón, cogidas de la mano, Soraya es demasiado pequeña para que caminemos cogidas del brazo. Cuatro chicas semidesnudas en la calle fría, aunque no haya mucha gente, no pasamos desapercibidas entre la gente abrigada. No hace mucho frío, pero nuestro outfit realmente está fuera de temporada, mis nalgas y mi sexo agradecen el frescor de la mañana y mi fuente de semen se abre lentamente. Paseamos por las calles de Montpellier, de vez en cuando se forma un grupo detrás de nosotros, pero eso es lo que estamos buscando, estamos aquí para mostrar el culo. Después de una hora y media, volvemos al apartamento, queremos desahogarnos juntos, pero Charles está frente a la puerta, también enmascarado con una bolsa en la mano y un ramo de flores. Me apresuro a darle dos grandes besos.
-¿Ya estás ahí?
–Sí, tenía demasiadas ganas de volver a verte, pero tenías que decirme que tenías a tus amigos, no habría venido enseguida.
– No, pasa, ya conoces la tradición.
-Sí, lo recuerdo.
Me entrega las flores.
– Para mi amada prima.
Entramos, Charles se desabrocha la chaqueta y la cuelga de un gancho en la entrada. Se quita el suéter, la camisa y se encuentra sin camisa, Laurence lo mira fijamente, parece abrumada por lo que ve. Charlotte y Soraya se miran indiferentes. Pondré las flores en un jarrón y volveré a ellas. Quiero desviar un poco la atención de Charlotte, me quito la ropa para encontrarme desnuda, me mira.
–Siempre tan hermosa prima, eres magnífica.
Diciendo eso, se desabrochó el cinturón, se desabrochó la bragueta y se bajó los pantalones. Está desnudo, nunca usa bragas. Observo a las chicas.
– Y sí, es la tradición entre nosotros, siempre desnudos en casa.
Laurence parece completamente fascinado por Charles, quien también la mira muy a menudo, Charlotte parece un poco en otra parte, lo miran desde todos los ángulos. Ven a un joven de veintitrés años, completamente bronceado, bastante alto y guapo como un dios con sus penetrantes ojos verdes. Tiene un pecho poderoso, una barriga como una barra de chocolate, es el resultado de las sesiones de musculación que lleva haciendo desde los quince años, unas nalgas redondas y musculosas y un pene lampiño y voluminoso sin llegar a ser monstruoso. Cuelga sus cosas y naturalmente va a sentarse en el sofá. Miro a las chicas, ellas me miran, Laurence y Soraya balancean la poca ropa que tienen en la espalda, Charlotte se resiste un poco, pero termina desnudándose. Me acerco a ella para tomarla en mis brazos y besarla con ternura.
–Lo sé, me trae malos recuerdos de un hombre desnudo, pero Charles es un chico adorable, te llevarás muy bien con él, estoy segura.
Ella me da una sonrisa un poco triste, la tomo de la cintura y la llevo a la sala, sé que está haciendo un esfuerzo colosal por amor a mí. Charles mira a Laurence con mucha ternura, lo conozco de memoria, esta chica no lo deja indiferente.
–Charles, te presento a Charlotte, mi amor, la mujer con la que compartiré toda mi vida, ya Laurence y Soraya, muy buenas amigas. Chicas les presento a Charles mi primo favorito.
-Hola chicas.
– Hola Carlos.
– Hola Carlos.
– Hola Carlos.
Siento que están un poco tensos, especialmente Charlotte, no saben qué hacer, se quedan de pie. Él los mira.
–Bueno chicas, les tengo que decir, Amandine es mi prima, pero para mí es más como mi hermana, vivimos toda nuestra infancia y nuestra juventud juntas, nos veíamos todos los días, nada ni nadie me puede separar de ella. Pero ella es mi prima, no sé si te lo dijo, nunca pasó nada entre nosotros y nunca pasará nada, quiero demasiado esta relación de confianza.
–Ves a las chicas, te confirma lo que te dije.
-Es verdad.
"Así que chicas, ¿se quedará?"
-Claro.
-Obviamente.
-Sí.
–Vamos, tomemos un trago para regarlo.
Voy a sentarme en el sofá frente a él, vienen a sentarse en los sofás, Laurence camina un poco rápido y viene a sentarse al lado de Charles, Soraya y Charlotte me enmarcan.
- Oh, lo olvidé.
Charles se levanta y va a buscar la bolsa que dejó en el pasillo. Saca dos botellas frías de champán. Me da uno.
– Teníamos que celebrar nuestro reencuentro, pon este en la nevera, será para ti más tarde.
“No nos hemos visto en cinco meses.
– Una eternidad para mí.
– ¿Por qué dos botellas?
–La última vez que llamamos, me dijiste que vivías con una chica, que era el amor de tu vida, quería que pudieran celebrar juntos pensando en mí, el otro, es por ahora.
- Gracias, eres un repollo.
– Con crema, espero.
Voy a poner la botella en el refrigerador mientras él pone su botella en la mesa de café y se sienta al lado de Laurence, noto que la distancia entre ellos se ha reducido un poco. Laurence no se inmuta. Conseguiré las flautas y unos deditos de dama. El ambiente se relaja, Charles bromea, cuenta historias, todos se ríen. Laurence está a priori bajo el hechizo y Charlotte se ríe con nosotros, parece aceptarlo bien, me siento aliviada. Charles está allí por una semana, lo están trasladando.
Me levanto para preparar la comida. Charlotte y Soraya me siguen dejando a Laurence y Charles juntos. Nos besamos con pasión, lo necesitamos, me pego a ella, ella me suelda. Nos quedamos unos minutos así, boca a boca, cuerpo a cuerpo. Nuestras manos se deslizaron entre nuestro pubis, ella me hace cosquillas en el clítoris, yo le hago cosquillas en el clítoris. Terminamos disfrutando mientras nos besamos, nuestros cuerpos exultan en la misma felicidad.
-Estás bien mi amor ?
-Sí muy bien.
Veo que Soraya se ha puesto la mano en el pene y se masturba apoyada en la encimera. Vamos hacia ella, me arrodillo, le quito la mano y tomo su lugar. Charlotte cuida sus pechos. Ella disfruta en silencio presionando mi cara contra su sexo. Preparamos la comida mientras escuchamos las carcajadas de Laurence y Charles en la sala de estar. Parece que se están divirtiendo. Cuando la comida está lista, volvemos al salón, Laurence y Charles siguen discutiendo, pero no hay ni un milímetro entre ellos, sus caderas se tocan y parecen completamente cómplices. Veo que los pezones de Laurence apuntan con orgullo, está emocionada. Charles se levanta, viene hacia mí, me susurra.
–Esta Laurence es maravillosa, viste su cuerpo y el color de su piel, una maravilla, además, es divertida e inteligente, exactamente lo que me gusta en una mujer. Estoy muy feliz de haberlo conocido.
-Ella te gusta ?
– No se puede saber cuánto, espero que sea mutuo.
–Creo que sí, pero no puedo decirte nada, solo ten cuidado, acaba de romper con su novio y odia que le coqueteen.
– Recibió cinco de cinco.
Armamos la mesa, en un momento me encuentro solo con Laurence, ella se inclina para hablarme al oído.
– Tu prima es genial, no me extrañaría que pasara algo entre nosotros.
-Ya ?
–Sí, me enamoré de él, y creo que a él le pasa lo mismo.
-Lo conozco desde siempre y creo que tienes razón, anímate, anímate, cariño, anímate.
Se sienta junto a él en la mesa, somos Charlotte y yo, frente a ellos, Soraya está al final de la mesa. La comida es un pretexto para historias de nuestra infancia, especialmente las que sucedieron en el camping naturista de Cap d'Agde donde pasábamos todas las vacaciones con nuestros padres. Cada uno tenía una caravana instalada todo el año en dos parcelas contiguas, allí íbamos prácticamente todos los fines de semana desde mayo hasta mediados de octubre y los meses de julio y agosto con nuestras madres. Lo vi convertirse en hombre, él me vio convertirme en mujer.
– ¿Cómo es que nunca habéis hecho el amor juntos?
“No nos veíamos como hombre y mujer, sólo nos veíamos como hermano y hermana, eso es todo.
"¿Y nunca has tenido sexo con amigos y novias de Ciudad del Cabo?"
–Claro, también es una de las novias de Amandine que me desvirgó, fue durante una tarde en la playa.
-Y ella ?
– Eres muy curioso Laurence.
– Yo también, fue en la playa de Le Cap donde perdí la virginidad, y fue bueno y tengo buenos recuerdos de eso.
– Pero estuviste desnudo todo el tiempo, ¿nunca tuviste una erección cuando viste a una chica linda completamente desnuda?
–No, la desnudez no era sinónimo de sexo para nosotros, es una forma de vida.
“Sin embargo, estuviste desnudo todo el tiempo.
– Sí Charlotte, puedo decir que he visto a Amandine más veces desnuda que vestida, como mis tíos, sus padres, desde siempre. Nos veíamos los fines de semana en Ciudad del Cabo, vacaciones en Ciudad del Cabo, incluso vacaciones de Navidad, en total casi la mitad del año, sin contar que nuestros padres vivían desnudos en casa y cuando íbamos a su casa o venían a nuestra casa , dos o tres veces por semana, también nosotros estábamos desnudos. Y esto, incluso con nuestros abuelos paternos, también son naturistas puros y duros. Es un outfit natural para nosotras, siempre hemos vivido así, nada erótico.
- ¿Cual es tu relacion?
–Nuestros padres son hermanos gemelos dicigóticos.
–¿Mareado qué?
–Dizigóticos, dos gemelos nacidos de dos óvulos diferentes, comúnmente conocidos como “gemelos fraternos”.
– Estoy aprendiendo algo, que tengas un buen día.
-¿No te gusta estar desnudo?
– Es un poco más difícil para mí frente a un hombre.
Charles la mira pero no insiste, debe sentir que hay algo doloroso detrás de eso. La comida termina alegremente, todos se ríen, pero lo más interesante es ver que Laurence a menudo pone su mano sobre el muslo izquierdo de Charles, quien parece no darse cuenta. Al final de la comida, nos deshacemos de Charlotte, enciendo la máquina y vuelvo al salón. Laurence y Charles están sentados en el sofá y apretados uno contra el otro, él tiene su brazo derecho sobre sus hombros. Ella se pega a él, apoya la cabeza en su hombro y una mano en su muslo derecho. Veo que el sexo de Charles reaccionó un poco, pero nada espectacular. Me mira con esa mirada franca y alegre que la caracteriza. Ella está bien. Charlotte y Soraya están sentadas frente a ellas, yo me siento a su lado.
- ¿Cómo estás, Lauren?
– No podríamos hacerlo mejor, me siento bien aquí.
"¿Aquí o contra el pecho fuerte de mi prima?"
-Ambos, espero que no estén celosos.
"Sabes muy bien que no. Y tú Charles, ¿estás bien?
“Me conoces lo suficientemente bien como para saber que lo haces.
"¿Necesitas algo más?"
Se miran, veo en los ojos de mi primo una ternura que nunca había conocido en él. Ella gira un poco la cabeza hacia él, él gira la suya y sus labios se encuentran. Ella se gira un poco para presionar sus pechos contra su pecho, pone su mano detrás de su cabeza y lo besa con avidez. Intercambian su primer beso, lo saborean durante mucho tiempo. Su mano derecha acaricia su costado, veo que su polla empieza a reaccionar. Miro a Charlotte, parece impresionada, pero no asqueada. Ella los mira fijamente, yo me inclino hacia ella.
-Estás bien mi amor ?
-Sí, no te preocupes, solo estoy admirando ver un florecimiento de amor frente a mí.
"¿No crees que vas un poco rápido?"
–No, créeme, estos dos seres se aman, se amaron desde el primer momento, se nota, se nota.
– Pero si continúa, harán el amor allí, frente a nosotros.
"¿Y qué hay de malo en eso?"
“Nada, solo, no quiero que te sorprenda.
– Lo que me chocaría es que Laurence no estuviera consintiendo, y a priori, no es así.
–Lo confirmo, incluso diría que es ella quien marca el camino.
– En ese caso, ¿cuál es el problema?
El pene de Charles comienza a tomar proporciones interesantes, la mano derecha de Laurence termina aterrizando sobre él, lo acaricia un poco. Ella se sienta un poco, pone sus brazos alrededor de su cuello y se inclina hacia atrás. Se deja llevar y se encuentra medio tumbado encima de ella. Ella abre sus muslos, logra deslizarse completamente debajo de él. Nunca había visto a mi primo así, está completamente bajo la influencia de Laurence, se deja llevar y parece gustarle. Ahora está encima de ella, su pene estirado hacia la cueva de Laurence. Ella presiona sus nalgas, él tira hacia adelante, Laurence se encabrita, ella empuja su pelvis hacia adelante para que él la penetre aún más. Él avanza sobre ella, dando tirones.
– Oh sí, ven dentro de mí, te estoy esperando, sí, sí, hazme el amor mi amor, te quiero dentro de mí.
Ya no existimos, ellos están solos en el mundo y enamorados. El ritmo de Charles se acelera, veo que Charlotte no les quita los ojos de encima, parece fascinada. La abrazo y la abrazo, ella gira y pone sus labios sobre los míos. Intercambiamos un largo beso, pero de repente, me siento diferente, Charlotte. Cuando nos separamos, veo que Soraya se ha deslizado entre sus piernas y le roza el coño con descaro. Charles todavía hace el amor con Laurence, ella le ha ceñido la cintura con las piernas ofreciéndole su sexo bien abierto. Se entrega por completo a él, lo abraza con fuerza. Da tirones violentos para encontrar su sexo, veo que se tensó, su cuerpo se tensó.
– Sí, sí, estoy disfrutando, ah mi amor, ven, vacíate dentro de mí, fecundame, quiero sentirte disfrutar dentro de mí, sentirte llenándome, te amo.
Charles se encabrita, disfruta dando una última estocada muy fuerte para hundirse lo más posible dentro de ella, Laurence lo abraza como un loco, ella cierra las piernas.
– Sí, en mí te siento, sí, sí, ouiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ah, te amo, ay está bien, ay mi amor.
Se calman, sus cuerpos se relajan, Charles se aleja un poco para no pesar sobre ella, desciende un poco sobre su cuerpo, sus bocas se vuelven a soldar. Charlotte disfruta a mi lado estrechándome la mano, mira a la pareja frente a ella.
-Ya ves, ellos se aman, es obvio.
–Creo que tienes razón, es hermoso.
-Estoy de acuerdo.
- ¿Lo disfrutaste?
–Sabes que Soraya es una experta.
Me giro hacia ella, parece buena consigo misma, me inclino sobre ella y la acuno en el sofá. Ella se acuesta riendo.
– Sí mi amor, sí, nos toca a nosotros.