Ahora están en la universidad. Se desfloraron. Pueden usar los juguetes que ordenaron. Un consolador doble, dos consoladores individuales y bolas de geisha, adornadas con perlas unidas por un hilo para hacerte correrte por el culo. Deciden pasar una noche de amor. Para los enamorados que podría ser más normal! Empiezan con un aperitivo, una masturbación en la ducha, nada como ponerse en forma.
Se tumban para ver el coño del amante, mientras meten un consolador en el molde. Es tanto más emocionante ver al otro besarse, que ella misma hace lo mismo. Los placeres se suceden, la morena se ofrece a la rubia para pajearla mientras ella se folla a sí misma.
Se devuelve la cortesía. Siguen diciéndose que se aman. Finalmente la rubia coge las perlas para meterlas en el culo de su amante. Las saca muy despacito, cada vez que sale una perla la morena disfruta. Ella hace lo mismo con él. No aguantan más, es necesario un momento de abrazos, acurrucados uno contra el otro se besan, repitiendo muchas veces que se aman.
Las ganas renacen, esta vez la rubia se lleva el consolador doble, se van a encular.
Hasta ahora solo podían hacerlo con las manos. Esta vez pueden ponérselo ellos mismos.
Coge el consolador, lo mete primero en el coño de la morena, luego en el de ella para mojarlo bien. Comienza a sodomizar a su amante antes de hacérselo a ella misma. Casi se vuelven locas por los repetidos orgasmos que tienen. Dejaron que el consolador anduviera un rato todavía en sus culos antes de empezar de nuevo, casi sin parar.
Totalmente incapaces de continuar, es solo a la mañana siguiente que cada una pone las bolas de geisha en el coño de su amante. Aprovechan para hacer un 69.
Se obligan a mantener las bolas todo el día. Se ven obligados a detenerse cuando caminan juntos para disfrutar. Tienen que correrse unas diez veces antes de volver a empezar como el día anterior con el doble consolador. Esta vez se follan directamente, varias veces, sin quitarse el consolador sexual.
Finalmente terminados los estudios, rápidamente encuentran un lugar en la misma empresa. Allí guardan silencio durante el día, a pesar de las solicitaciones de los muchachos del palco. La noche es de ella.
Se aman demasiado como para separarse. Viven juntos en un estudio con sus juguetes para enamorados.